Cuzco
Por Santiago Casenave
Uno de los regalos más gratificantes que he recibido en mi (ya no tan) corta experiencia de vida ha sido la posibilidad de conocer la Ciudad de Cuzco, en el hermano país de Perú. Atribuirle un solo calificativo a dicha experiencia sería reducir injustamente la cantidad de sensaciones que la ciudad produce al viajero que por primera vez la visita, no obstante lo cual, creo humildemente poder resumirlo en una palabra: fascinante! Mi estadía en Cuzco fue de sólo una semana, y ahí va la primera recomendación: quedarse todo el tiempo que uno pueda… La oferta es tan amplia, en todos los aspectos, que al momento de emprender el regreso se produce una mezcla entre el placer de lo vivido y la tristeza de todo lo que no se llega a conocer. Como dije, la ciudad ofrece al visitante un infinito abanico de opciones: historia viva, cultura por todos lados, bellísima arquitectura colonial y precolombina (muchas veces combinadas), gastronomía para todos los gustos, vida nocturna sin descanso, museos, turismo en todas sus variedades y para todas las edades; en fin, sabrán entender porqué una semana no es suficiente para poder experimentarlo todo.
Con mi compañero de viaje veníamos de estar poco más de 20 días recorriendo Bolivia, sin saber con qué nos íbamos a encontrar, salvo la ya clásica excursión a la ciudad perdida de “Machu Picchu”. Llegamos a Cuzco ya entrada la noche, y por recomendación de otros viajeros fuimos a alojarnos al Hostal “Resbalosa”, ubicado en la calle del mismo nombre, a escasas cuatro cuadras de la Plaza de Armas. Por momentos esas cuatro cuadras se hacen eternas, ya que son cuesta arriba, y sumado a los más de 3.000 m de altura sobre el nivel del mar de Cuzco, invitan a desistir inmediatamente! Pero el hostal es altamente recomendable, no sólo por lo confortable de sus habitaciones, la excelente atención y el buen precio (U$S 15 la doble), sino porque tiene una bellísima terraza, en la cual se aprecia una vista magnífica de toda la Ciudad, la cual, de noche, es francamente imperdible. Para los gordos de alma -como el que escribe- también sirven un delicioso desayuno americano (a menos de U$S 2), el cual puede disfrutarse en la terraza, apreciando la bellísima vista de la ciudad. Una fiesta para todos los sentidos. Antes de llegar a Cuzco, un viajero nos contaba que es una ciudad tan linda, que basta sólo con sentarse en la Plaza de Armas y simplemente apreciarla. Nada más acertado. La Plaza de Armas, centro estratégico de la Ciudad, es bellísima. Se encuentra rodeada por edificios públicos, Iglesias, restaurantes, comercios; en los cuales la arquitectura colonial predomina, todo en un perfecto estado de conservación y armonía. La plaza no sólo es lugar de encuentro de todos los turistas, atraídos mágicamente hacia este punto de singular belleza de la ciudad, sino que también un sitio en donde se respira una especie de tranquilidad difícil de describir; y que invita a relajarse y a disfrutar. También son impactantes las antiguas construcciones Incas, cuyos vestigios pueden observarse por todos lados en las distintas edificaciones de la Ciudad. Recordemos que Cuzco fue la capital del Imperio Inca, que en su época de apogeo se extendía desde el territorio actual del Ecuador hasta la provincia argentina de Tucumán. Uno de los logros fundamentales de los Incas, en su relativamente corto período de vigencia (aproximadamente 100 años), fue el de integrar los elementos de culturas milenarias preexistentes, a través de su conquista, sintetizándolos así en una cultura única, alcanzando logros extraordinarios. Uno de ellos fue la construcción. Sorprende ver con qué perfección y exactitud trabajaban en dicha época (año 1.200 d.C. aproximadamente) la piedra, material fundamental en todas sus edificaciones. No usaban ningún tipo de mezcla para unir las piedras (algunas de hasta 100 toneladas de peso), sino que las moldeaban hasta darle forma recta en sus lados, éstos últimos de formas irregulares; así entonces por medio de hoyos y protuberancias internas lograban unirlas entre sí, y de esta manera levantaban los muros de sus edificaciones. Lo cual no sólo producía un resultado estéticamente bello e impecable, sino que siendo Cuzco una ciudad de terremotos, dotaba a las construcciones de la seguridad necesaria para evitar su derrumbe. Hay dos lugares de visita obligatoria para apreciar esto: el Templo de Coricancha y las ruinas de Saqsaywaman. El primero de ellos era el templo principal (algo así como la Casa de Gobierno) de los Incas, y a su vez residencia de la realeza. Al llegar los españoles en el siglo XVI no sólo lo destruyeron, sino que construyeron encima de las ruinas una Iglesia Dominicana! Pero las fuerzas Incas vencieron: a mediados del Siglo XX hubo un terremoto en la ciudad, y casualmente las ruinas Incas fueron las únicas que quedaron en pie… Así llegan a ser restauradas y revaloradas luego de siglos de ocultamiento. El templo es realmente hermoso, pueden apreciarse las construcciones de piedra, características de la cultura Inca, y encima de ellas la construcción colonial, típicamente española. Ello también se advierte en infinidad de edificaciones en toda la Ciudad: abajo las piedras incas, arriba los techos y ventanas coloniales.Las Ruinas de Saqsaywamán también son impactantes, en su tiempo funcionaba como lugar de ceremonias religiosas, situado en lo alto de una colina en las afueras de Cuzco. Lo impactante de este lugar es ver piedras de más de 100 toneladas, con forma de “almohadones”, unas encima de otras, trabajadas con una perfección sorprendente, formando un muro de más de 5 metros de altura. Hay varias teorías para explicar cómo se han trasladado a las piedras hasta allí, y qué método se utilizó para trabajarlas hasta darle la forma particular que poseen. Algunos hasta proponen que ninguna fuerza humana ha sido capaz de alzar semejante monumento, atribuyéndoselo a seres de otras galaxias… Así que imaginen lo magnífico de la construcción…Lo fundamental en ambos lugares, Coricancha y Saqsaywamán: hay lugareños que por poco dinero se ofrecen como guías, y realmente conviene contratarlos, para poder comprender qué es lo que se está observando.Para los que gustan de la gastronomía y la vida nocturna, Cuzco ofrece múltiples opciones. Cualquier lugar alrededor de la Plaza de Armas es lógicamente caro, pero escabulléndose por las callecitas adyacentes hay muchísimos lugares para comer muy bien, con variedad de menús y precios. Y en cuanto a bares y boliches, la ciudad no duerme…! De lunes a lunes es pura fiesta, y lo rescatable es que los boliches explotan desde las 22 hs, con lo que si la noche no se extiende más de las 3 o 4 de la mañana, al otro día uno sirve y se puede seguir recorriendo la ciudad… Machu Picchu.
Con respecto al Machu Picchu, frutilla del postre, hay dos opciones tradicionales: el clásico “Camino del Inca”, una excursión que dura desde 3 y hasta 5 días, en la que el recorrido se hace caminando -con alojamiento en carpas y comidas incluido-, culminando en las ruinas de Machu Picchu, es la opción más utilizada por jóvenes y aventureros. Se contrata en las agencias de turismo locales, actualmente tiene un costo aproximado de U$S 180, todo incluido (depende también de la cantidad de días que dure la excursión, varía el precio), y para conseguir lugar es necesario esperar unos tres o cuatro días, porque existe un límite diario de 500 personas que pueden transitar el “Camino del Inca”. La otra opción tradicional es por medio del tren, con destino final en Aguascalientes (la ciudad al pie del cerro en donde están las ruinas de Machu Picchu). Es la más utilizada por gente mayor y aquellos que no están dispuestos a caminar por cinco días en la montaña. Tiene un costo aproximado de U$S 100 en total, y una vez llegado a Aguascalientes, los cómodos pueden optar por tomar un bus por U$S 13 (todo en dólares, como verá…) que lleva hasta la entrada del parque; o bien tomar coraje y subir el cerro caminando, por medio de una escalinata por momentos interminable (cerca de 2.000 escalones) que también lleva hacia la entrada del parque.La restante opción, no tradicional, mas arriesgada y desconocida, es la que hicimos nosotros! Consiste en tomar un bus desde Cuzco, hasta un pueblo llamado Santa Ana, de ahí tomar otro bus hacia otro pueblo llamado Santa Teresa. A partir de ahí, caminar cuatro horas por las vías del tren (no hay camino para vehículos) hasta Aguascalientes.En principio teníamos pensado gastar no más de U$S 60, pero surgieron algunos imprevistos. Con la compañía de un guía de lugar, tomamos desde Cuzco un bus alrededor de las 20 hs, el plan consistía en llegar aproximadamente a las 4 a.m. a Santa Ana, tomar luego otro minibús hacia Santa Teresa, y alrededor de las 7 a.m. estar en Santa Teresa para caminar por las vías durante 4 horas, para llegar finalmente a Aguascalientes.Emprendimos el viaje planeado, pero a la medianoche despertamos con el bus detenido a un costado de la ruta, en la total oscuridad! Sin saber que ocurría, lo único que quedaba era pasar la noche allí. Despertamos a la madrugada, con las primeras luces del día, en el medio de la montaña, situados en un temible camino de cornisa, detrás de una fila interminable de vehículos, y con la noticia de que a causa de las lluvias se había derrumbado parte de la montaña sobre el camino, bloqueándolo totalmente…Aquí comienza la verdadera aventura: como las máquinas de vialidad no iban a liberar el camino sino hasta el mediodía, cargamos mochilas al hombro y junto con nuestro guía “Eber”, comenzamos a caminar y a “cortar” camino a través de la montaña, debajo de la lluvia constante, abriéndonos paso a través de la espesa vegetación, y enterrados hasta las rodillas de barro… Así llegamos a duras penas hasta un paraje, en el cual conseguimos que un taxi nos lleve hasta Santa Ana. Desde allí tomamos otro minibús por camino de montaña hasta Santa Teresa, pueblo al cual finalmente arribamos alrededor de las 6 de la tarde (deberíamos haber llegado a las 7 de la mañana de ese mismo día…). Pasamos la noche allí, y despertamos a las 4 de la mañana para empezar la caminata de cuatro horas hasta Aguascalientes (no hay más camino para vehículos desde Santa Teresa en adelante). Pero había un pequeño obstáculo que salvar primero: un inmenso río de montaña, de unos 30 metros de ancho, con salvajes rápidos, y que rugía como una fiera…. La única vía era por medio de un “cablecarril”, es decir una especie de “carrito” de hierro, con capacidad para tres personas sentadas, el cual se desliza sobre un cable de acero que cruza el río por encima, de una orilla hacia la otra. Así que imagínese cruzando un río rugiente, a las 4.30 a.m. de la madrugada, en la oscuridad absoluta, montado en un precario cablecarril… Conmigo cruzó una chica de Bs. As., quien aterrorizada dejó marcadas sus uñas en mi cintura y un zumbido en mi oído por los gritos de pánico…! De todas maneras, no es peligroso, sí es realmente impactante y puede llegar a paralizar del miedo, pero sin dudas que lo volvería a hacer…En fin, luego de cuatro horas de caminata por las vías, en medio de montañas y selva, y con el río mencionado siempre a un lado, llegamos a Aguascalientes. La emoción de estar a sólo pasos de Macchu Pichu nos hizo olvidar del cansancio, y emprendimos la subida a pie hasta el parque, en una subida, como ya dije, de más de 2.000 escalones. Una vez en el lugar, la sensación es indescriptible. A todos les comento que una cosa es ver la clásica foto del Machu Picchu y otra por supuesto es estar ahí y contemplarlo en persona. No alcanzan palabras para resumir semejante monumento, y el entorno natural en donde está enclavado. Es muy recomendable subir a un cerro llamado Huayna Picchu, a través de un sendero que comienza desde el mismo Macchu Pichu, y desde el cual con la ayuda del clima se puede apreciar una vista completa de toda la Ciudadela. También es recomendable llevar alimentos y bebidas en la mochila, ya que en el restaurant situado en la entrada del parque los precios están destinados a visitantes del primer mundo…Pero lo más importante, es tratar de permanecer en el lugar el mayor tiempo posible, y conservar en las retinas el bellísimo cuadro que se presenta ante nuestros ojos. La experiencia es inolvidable, más allá del camino por donde se llegue, y hay que sacarle el mayor provecho posible. Para concluir, francamente creo que Cuzco es un destino sumamente recomendable, con múltiples opciones, accesible para todos los bolsillos, y apto para todas las edades; lo que lo hace un lugar definitivamente único. Si tiene la oportunidad, no se lo pierda.
INFOGRAMA PERÚ
Idioma: castellano, quechua
Moneda: 3.09 PEN (sol peruano) = 1 USD
Documentación necesaria: DNI o Cédula Federal
5 comentarios
Flor M -
josé -
Marianela -
LEONOR -
Te abrazo sin conocerte.
Rodrigo -