Blogia
todoslosviajes

Perú

Perú, más cerca de lo que imaginás

Perú, más cerca de lo que imaginás

 

¿Sabías que Machu Picchu lidera el ranking de los 1000 lugares que debes ver antes de morir? Según el concurso realizado por el portal Huffington Post, este lugar en Perú es un destino obligado, y es que el legado de la arquitectura incaica sorprende a todo el mundo.


Desde Alexandría te proponemos descubrir Perú Milenario y Perú Místico, dos alternativas imperdibles para visitar este maravilloso país.

La diversidad y los contrastes son increíbles en Perú que posee desde montañas de nieves perpetuas hasta desiertos, pasando por selva tropical y un inmenso altiplano por encima de los 3.000 metros de altura. De todos sus rincones, Perú tiene varios destinos turísticos entre los que se destacan:

 1. Lima

La capital del Perú es una gran ciudad y capital gastronómica. Recomendamos disfrutar y conocer su centro histórico con hermosas construcciones coloniales declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por UNESCO; los mejores museos del Perú, algunos lugares arqueológicos pre-Hispánicos destacando Caral, también Patrimonio Cultural de la Humanidad. La ciudad ofrece también una gran variedad de shows culturales, folclóricos, centros de diversión nocturna, lujosos casinos, casas de juego y disfrutar de la afamada cocina y gastronomía peruana. Por supuesto, Lima posee también ultramodernos malls para compras y mercados de artesanías. Las playas al sur de Lima son perfectas para practicar surf o relax, cabalgatas y shows del afamado caballo de paso peruano.


2. Cuzco - Machu Picchu - Camino Inca

"La Capital Arqueológica de América" es el mayor atractivo turístico del Perú y el más visitado. Cuzco fue la más grande ciudad y capital del Imperio Inca que luego fue tomada por los conquistadores españoles. Su arquitectura actual fusiona el estilo Inca con el español, y su pueblo conserva con orgullo sus costumbres y tradiciones. Allí, un lugar obligado de visitar es la ciudad sagrada de los Incas que los conquistadores nunca conocieron y que fue descubirta a la cultura occidental en 1911. Se llega a ella también a través de la más famosa caminata: el Camino Inca. Cuzco, como Machu Picchu, por su valor histórico y por su belleza han sido declarados Patrimonio de la Humanidad. 


3. Arequipa y Valle del Colca

El centro histórico de la cuidad de Arequipa ha sido reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la arquitectura de sus hermosas construcciones coloniales en sillar blanco, destacando sus casonas, iglesias, templos y monasterios como Santa Catalina. Rodeada de una hermosa campiña y pequeños pueblos, desde aquí se puede visitar el famoso Valle del Colca y el Cañón del Colca, áreas naturales protegidas como la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca y el Santuario Nacional Lagunas de Mejía. Sus montañas y picos nevados, pampas y ríos son excelentes escenarios para deportes de aventura y realizar turismo al aire libre disfrutando de su biodiversidad. Además, Arequipa goza de una de las mejores cocinas del Perú. 

4. Chiclayo

Esta ciudad posee la fortuna de ser la puerta de entrada para los más recientes y espectaculares descubrimientos arqueológicos y por esto genera gran interés arqueológico e histórico. Chiclayo es la ciudad de los brujos, curanderos y el esoterismo. Además en el circuito de playas se pueden apreciar los milenarios caballitos de totora en Pimentel o Eten la 2da ciudad eucarística del Mundo. Por último, con tres áreas naturales protegidas, este destino es ideal para los amantes de la naturaleza y observadores de aves.

5. Iquitos y Río Amazonas

Si lo tuyo es el turismo aventura, el destino perfecto es la Selva Amazónica. Desde Iquitos se puede tomar un crucero en el río Amazonas o alojarse en los albergues y lodges ubicados en plena jungla para explorar la selva y las áreas naturales protegidas, destacando Pacaya Samiria y Allpahuayo Mishana, con exuberante fauna y flora, ideal para observación de aves y tomar contacto con los aborígenes y conocer los ritos del ayahuasca.

6. Lago Titicaca y Puno

Puno está localizado en las alturas de los Andes, a orillas del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo habitado por los Uros y con maravillos paisajes. En las islas de Amantani y Taquile la mejor experiencia es compartir la vida con sus nativos y hacer turismo vivencial. Puno es además la capital folklórica del Perú, una excelente alternativa para el turismo arqueológico, de culturas vivas y biodiversidad.

7. Nazca - Líneas de Nazca

En plenas arenas del desierto, este es un lugar único en el mundo, lleno de misterio con maravillosas figuras de inmensas dimensiones y espectacular perfección. Las Líneas de Nazca son un lugar declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por UNESCO, y también se pueden visitar los complejos arqueológicos de Cahuachi, Estaquería, Chauchilla, Cantayoc y los geoglifos de Palpa.


Perú está más cerca de lo que imaginás. Consultanos y visitá Perú con Alexandría!

A Cusco (Perú), en moto

A Cusco (Perú), en moto

Por Juan Carlos Maggi

 

Estando en el taller de motos del Bebí una tarde, Sergio -asiduo concurrente a las tertulias de las tardes-, me comentó que se iba con un grupo de amigos al Machu-Pichu en moto. Sin dudarlo le dije que me gustaría ser de la partida. Quedó en consultarlo con los demás integrantes y me informaría.

Grande fue mi alegría, cuando me dijo que habían decidido incluirme en la aventura. Ese viaje en moto era una materia pendiente, un deseo incumplido, que por obra del destino se me hacia realidad. Mucha incertidumbre con los participantes del grupo: a Sergio lo conocía del taller, a Ricardo y a Daniel, de dos o tres reuniones de empresarios, y a Sofía, Ileana, Rodolfo, Nanni, Roberto (El Pipi) y Marisol no los conocía.

Se formo un grupo humano muy bueno, todos de una entrega total al conjunto, en los 16 días que duro la aventura no hubo ninguna discusión, todo fue comprensión, compartir cosas y fundamentalmente disfrutar de acontecimientos vividos en comunión.

Se decidió salir el día 26 de septiembre desde Córdoba. Con Rodolfo y Nanni, nos encontraríamos en Dean Funes, ya que viven en Villa Dolores.

Las motos eran: las de Rodolfo, Daniel, Ricardo y Sergio, BMW RT 1200 CC; la de Pipi, Honda Pacific Coast 800 CC y la mía, Yamaha Drag Star 1100 CC.

26 de setiembre

A las 8 AM, estábamos Sergio, Daniel, Ileana y yo. Partimos. Cuando llegamos a Dean Funes, a los pocos minutos se unió el resto del grupo. Por supuesto asistencia perfecta. Aquí ya se dio una situación que la viviríamos a lo largo de todo el viaje: constantemente, en cada lugar al que llegábamos, la gente se reunía alrededor de las motos y nos pedían sacarse fotos y sentarse, para sentirse un rato motoqueros.  

Se había decidido que como todos conocemos el camino hasta Jujuy (de aproximadamente 900 km), lo haríamos de un solo tirón. A las 17.30 PM estábamos tomando el té en Rosario de la Frontera.

Poco más tarde llegamos al hotel, un baño rápido y a cenar. Comimos copetín manteño, tenía: bocaditos asados, brochette de llama, arrollado de pollo, bocaditos de quínoa, papas andinas (papines), queso de cabra, mote (maíz grande) y habas, lomo de llama saltado a la cebolla y picante de lengua con chuño y saice; de postre queso de cabra con cayote. Todo bien regado con vino chileno.

 

27 de setiembre

Salimos temprano por la mañana hacia el Paso de Jama, pasando por la bella Purmamarca, donde realizamos una recorrida por la ciudad y su feria de artesanías. Continuando el viaje, el paisaje es todo un espectáculo: a la derecha un río típico de cordillera, muy ancho, con su cauce de piedras. A la izquierda la cordillera, un paisaje inmenso que imponía respeto y que nosotros teníamos que salvar.

A los 40 km empiezan a verse cardones, con un camino muy sinuoso, ascendiendo permanentemente hasta los 4150 MSNM. En las partes rectas del camino, llevar la moto a 140km/h da la sensación de ser parte del paisaje, estar integrado a él. Es una emoción indescriptible.

Así llegamos al salar grande, de Guayatayoc, paramos en Pozo Colorado, Daniel e Ileana se sacaron las botas y las medias, para pisar la sal y cargarse de energía. Cuando reiniciamos la marcha, a los pocos kilómetros, nos encontramos con una tormenta impresionante de viento y arena, que hacia imposible manejar la moto, con una visibilidad de menos de 50 mts.

Así llegamos a Susques, donde no había combustible y tuvimos que esperar al camión que estaba por llegar. La subida y el viento en contra hicieron que mi moto consumiera más de lo habitual.

Finalmente y luego de almorzar, salimos a las 15 PM, con un viento endiablado, a 3500 MSNM. Tenemos que ascender a 4800 MSNM. A partir de aquí el viaje se hizo muy rudo, ya que el viento era un infierno y la altura apunaban algunas motos, que no daban mas de 75km/h. El viento nos obligaba a ir con las motos inclinadas y la presión sobre el casco nos hacia doler el cuello. El sol a las 18 PM estaba bien frente nuestro, sobre el horizonte, lo que hacía imposible ver el camino a 20 mts. Empezó a hacer un frío intensísimo que en mi caso hacia que me dolieran los dedos del pie y de la mano. Unos 40 minutos antes de llegar, nos encontramos con una bajada impresionante, y la temperatura empezó a subir.

El paisaje en todo este trayecto unos 500 km es realmente asombroso, todo muy árido, grandes mesetas y grandes salares. En algunos lugares se divisaba nieve y unas pocas lagunas donde habitan flamencos. Vimos también llamas pastando.

Llegamos a San Pedro de Atacama, (2462 MSNM) a las 20.30 PM, donde hicimos aduana. Los chilenos demostraron ser muy amables. Nos alojamos en un hostal donde la calidez de trato de la dueña nos hizo sentir como en casa. El pueblo forma parte de la tercer zona de turismo de chile, no hay bancos y casi todas las calles son de tierra. El pueblo es una romería, por todos lados se venden artesanías y la infraestructura turística es muy pobre.

 

28 de setiembre

Antes de salir, con la música de la moto de Daniel, nos pusimos todos a bailar. Hasta la dueña participo de la jarana, fue un momento muy encantador. Salimos a las 9 AM. Mi cuenta kilómetros marcaba 1417 km.

Apenas salimos del pueblo vimos un cartel que decía “Montaña de Sal” y realmente nos encontramos con un paisaje muy montañoso con afloraciones de sal que hace que en los próximos 240 km no se vea un yuyo, ni arbusto, algo realmente impactante e increíble. No vimos ni un animal, ni siquiera algún pájaro en todo el trayecto. Pasamos a un costado del salar “El Cesar”.

En este trayecto nos impacto el oasis “Quillagua”, una depresión de unos 150 mts, de 4 km de largo por 500 mts de ancho, todo cubierto de árboles y con una línea de agua en el centro. Seguramente, un surgente que nace y se pierde en el lugar.                

Diez kilómetros antes de Pozo del Monte, empieza una zona de tierra mezclada con sal, como si lo hubieran pisado animales, la uniformidad es admirable, perece quimérico que la naturaleza haga estas cosas.

En esta zona se averió la moto de Pipi, que fue remolcada por Ricardo hasta la estación de servicio y la repararon en una hora, increíble. Llevábamos recorridos 460 km. A unos 30 km pasando el pueblo, nos encontramos con un gran bosque formado de un arbusto de entre 4 y 7 mts de alto y unos 5 mts de copa. Lo extraordinario es que se desarrolló sobre un terreno que es sal pura.  

Al rato se hizo de noche y tuvimos que parar para abrigarnos. El paisaje empieza a cambiar y se ven algunos arbustos.

La llegada a Arica de noche, fue de novela. Era un camino sinuoso, a los muchachos se le calentó el acelerador y tomábamos las curvas y contra curvas a 80-90km/h y en las rectas íbamos a 130-140km/h, una paranoia total, la fabrica de adrenalina trabajo los cuatro turnos. Uno se siente Valentino Rossi. Llegamos a Arica a las 8.30 PM. Recorrimos 2279 km hasta ese momento.

En todas las rutas de Chile, impactante las cantidad de cubiertas desbandadas a lo largo del camino e impresionante la cantidad de Misa Chico (pequeñas capillas que recuerda muertos en la ruta), algunas son importantes, tienen jardín, con flores artificiales y pencas naturales. Dicen que esto se debe a que como son rutas tan largas y rectas, los conductores se duermen.


29 de setiembre

Salimos a las 10 AM, recorrimos la costanera de Arica y subimos al “Morro”, lugar emblemático del pueblo, desde el cual se divisa toda la cuidad, es una montaña que cae a pique sobre el mar.

A las 12 AM salimos para Tacna, teníamos que hacer aduana antes, yo con mucho miedo por que los papeles de las motos, que nos hicieron en la aduana argentina estaban todos mal. El de Daniel era impresentable, a su nombre le habían puesto la moto del Pipi, o sea que la moto del Pipi estaba repetida. Por suerte pasamos todos los controles.

Llegamos a Tacna, puerto libre, a las 13 PM, almorzamos y luego a los negocios, donde se compraron un montón de aparatos electrónicos.  

Salimos a las 16 PM, la ruta espectacular, pero siempre un desierto chocante, arena a raudales y ningún arbusto. Cuando íbamos llegando a destino encontramos a la orilla del camino un río que pasa por el pueblo y empezó a verse vegetación. Llegamos a Moquegua a las 19.30 PM. Nos hospedamos en el hotel de turismo “El Mirador”, cenamos y a dormir.


30 de setiembre

Después de desayunar salimos con un sol radiante; sigue el desierto. El clima es súper seco y hay arena a montones. Enseguida empezamos a subir: Arequipa esta a 2300 MSNM, con mucho frío. El camino muy sinuoso, pero con suerte curvas muy abiertas y las curvas en “U“, muy bien señalizadas, íbamos costeando el Río Chile.

Llegamos a Arequipa a las 11.30 AM, es una ciudad de 1 millón de habitantes, fundada en 1540, al pie del volcán Mistic. La construcción se realiza con sillar, material de lava volcánica petrificada, que define un estilo arquitectónico original, por ese motivo es conocida como la ciudad blanca. Fuimos directamente a la plaza de armas, la principal. En ese momento había una manifestación de la CGT, peruana, que pasaba frente a las motos. Estaban todos los medios de difusión: TV, Radios y Diarios, todos se vinieron hacia nosotros y nos entrevistaron. Yo hice de vocero del grupo, contamos los motivos del viaje y las peripecias vividas. A la tarde nos contaron que habíamos salido por la televisión y por las radios.

Nos hospedamos en un hotel, a metros de la plaza y nos fuimos a almorzar; siempre tratábamos de pedir comidas típicas del lugar: pastel de papas, palta, sándwiches de pollo con queso, costilla de llama, todo muy bueno.

Luego decidimos alquilar una combi y recorrimos la ciudad, pasamos por un puente de hierro de unos 200 mts de largo, entraba un solo vehiculo y de unos 80 mts de alto, que diseño Eiffel el emblemático constructor de la torre de Paris. Cenamos: pollo al ajillo con miel, trucha acompañadas con verduras al vapor, camarones con mayonesa dentro de un tomate, como siempre, después te de coca. Nos fuimos a dormir, eran las 10 PM.

 

1 de Octubre

Esa mañana me desperté a las 6 AM, para no molestarlo a Sergio me levante y me fui a una sala del hotel a ordenar los borradores del relato, al rato viene el conserje del hotel y me abre la ventana, diciéndome que escuche el órgano-non (textual) de la catedral con el coro, diciéndome que se escucha no muy seguido, por supuesto, todo un lujo. Ese día había en la Catedral una misa de adoración al señor.

Salimos a las 8 PM. A poco de salir empezamos a ver en la ladera de los cerros, unos cardones mucho mas chicos que los de Jujuy, con muchas ramificaciones, también se ven arbustos muy pequeños. Siempre prevalece el terreno árido, el camino muy sinuoso y con lomadas, por prevención a las vicuñas.

Recorrimos 300 km en 5 hs y ascendimos a 4850 MSNM, hacia 10°; el fuerte viento hace que la sensación térmica sea muy baja, nos habíamos abrigado muy bien. Vimos gran cantidad de vacas y vicuñas pastando, en la bajada tuvimos que sacarnos los abrigos.

Puno (3815 MSNM) es una ciudad al lado del Lago Titi-Caca. La leyenda cuenta que emergió del lago Manco Cápac el primer inca, para fundar un imperio, por orden del Díos Sol, el 4-11-1688, el Virrey Conde de Lemos la refundo.

Contratamos una excursión al lago. La visita al lago y a las islas flotantes de juncos fue algo increíble.

Es el lago mas alto del mundo, esta a 3800 MSNM, tiene una superficie de 8500 km2, 185 km de largo y 80 km de ancho, se pesca pejerrey y truchas implantados y cinco espacies nativas.

Las islas flotantes, las construyen y viven en ella, los de la etnia Uros, que usan la parte de la raíz del junco como base por que flota, la parte blanca cerca de la raíz la comen y la parte de arriba que tiene 1,5mts la colocan arriba, es por donde caminan. Así construyen sus casas, escuelas, hospitales, todo con juncos y hasta lugares donde plantan flores y tienen aves: palomas, flamencos y garzas. Una vez al mes le tienen que poner una capa nueva de junco por donde caminan.

La ropa es muy vistosa y andan descalzos. Viven del turismo, se paga un peaje al entrar en la zona y además venden artesanías. En cada isla viven 8 familias y tienen energía solar. También cobran por dar una vuelta en balsas de juncos, de aquí sacaron el modelo para hacer la balsa Kon-Tiki.

Como conclusión, uno no se imagina como viven de esta forma, indudablemente, el ser humano es impredecible e indescifrable, y no tiene límite para adaptarse a las formas de vida más rudimentarias

Algunos se quedaron en el hotel. Con Nanni y Rodolfo, comimos al lado del hotel: ceviche de pejerrey, rollitos de alpaca y lomo de llama con salsa de higos, y sopa de brócoli, muy pero muy bueno, cocina gourmet. Luego a dormir.

 

2 de octubre

Salimos a las 8 AM con temperatura muy buena, veíamos algunas montañas con nieves, el camino sigue al FF.CC. y vemos muchos vacas y ovejas pastando.

Comenzamos a pasar a lo largo de unos 12 á 14 km por muchos pueblos, todos con casas de adobe, sin revoque y con techo de chapa. Las casas no tienen acceso desde la ruta no hay calles interiores para vehículos, solo se puede llegar a pie. A los 220 km nos encontramos con la máxima altura, 4448 MSNM, en ese lugar había nativos vendiendo artesanías.

La zona de los pueblos, es un gran valle y la tierra esta toda labrada, siembran maíz, habas, ajo y alfalfa principalmente. A las 13 PM paramos en Siquiani a 120 km de Cusco, un pueblo grande, tomamos una sopa de verdura espectacular.

A las 3 PM llegamos a Cusco sin novedad. La ciudad se remonta al siglo XI ó XII y la funda el inca Manco Cápac en cumplimiento de un mandato del Dios Sol. En la actualidad es la capital primitiva de America y esta plagada de monumentos.  precolombinos, como el Corí Kancha (templo del sol), el Ajlla Wasi, el Amaro Cancha (cerco de serpiente), el Kiswar Kancha entre otros. Esta rodeada de restos arqueológicos incas, como: Machu Pichu, la fortaleza de Saqsaywaman y el complejo de Ollantaytambo.

Al rato de llegar, empezó a llover, encontramos hotel rápido y no nos mojamos. Entre que acomodamos las motos, nos bañamos y cenamos, se hizo la hora de irse a dormir.

 

3 de octubre

Nos levantamos a las 6 AM, a las 7 AM nos pasaba a buscar el bus que nos llevaría a la estación de trenes, único medio de transporte para llegar al Machu-Pichu, ya que no hay caminos.

Es redundante decir la sensación que uno siente, al divisar el complejo Inca, enclavado en el Machu-Pichu y a muy pocos metros del Huayna-Pichu, da la impresión de irradiar energía, diría como si tuviera un cierto áurea que a uno lo irrumpe. Ni hablar de la visión del perfil de la  cara de un Inca que se divisa al observar el paisaje en general.

Después de recorrer todas las ruinas, con el detallado relato del guía, iniciamos el regreso, con mucha aflicción, ya que va a ser difícil borrar de la mente semejante belleza. Descendimos en los ómnibus a Aguas Calientes. A las 18.45 PM iniciamos en tren el regreso hacia Ollantaytambo donde tomaríamos el ómnibus que nos llevaría a Cusco. En el tren nos dieron espectáculos de bailes y desfile de modelos, lo pasamos muy divertido. Llegamos a las 10.30 PM cansados.

 

4 de Octubre

Este día seria de descanso y relajamiento, nos levantamos sin apuro, recorrimos Cusco ciudad, antigua, legendaria, histórica y dotada de una belleza incomparable. Salimos de compras. En la plaza había un desfile de colegios, instituciones públicas, organizaciones de trabajadores y ONG. Todos portando pancartas. Intercaladas varias bandas de música. El gran palco con las autoridades estaba ubicado en la calle perpendicular a la catedral. Todo era colorido y fiesta. Los vendedores ambulantes por miles, es imposible sacárselos de encima, te quieran vender o vender.

Recorrimos el barrio de San Blas, con sus calles empedradas, angostas y balcones con flores, semejando los barrios antiguos españoles, donde se encuentra la casa de Jerónimo Luis de Cabrera, hoy museo de arte precolombino.   

Fuimos a comer frente a la plaza, chupe de quínoa, brochette de alpaca, bife de alpaca con puré del chef (de papa, espinaca, zanahoria), ensalada de palta y trucha a la plancha con huevo y arroz. La comida peruana es muy buena.

 

5 de octubre

Esa mañana nos levantamos temprano, iniciaríamos el regreso a Córdoba. El grupo decidió visitar el promocionado Cañón del Colca, se encuentra a 170 km y hay que salirse de la ruta unos 90 km. Al tomar el desvío que va al cañón, nos encontramos con unos 30 km de un pavimento totalmente destruido, imposible se transitar. A Rodolfo se le pincho la cubierta trasera. La trataron de arreglar imposible, yo decidí seguir hasta el pueblo a buscar auxilio. Ya era noche cerrada. Ileana me dijo que, a Chivay había 30 km de tierra, más 20km de pavimento muy bueno.

Es una ruta totalmente desierta, así que después de hacer 25 km y no encontrar el pueblo, pensé que me había pasado, me alarmé. Iba con mucho cuidado y muy despacio, eran curvas y contra curvas con mucha arena en la ruta, la verdad tenía desasosiego, tenia poca nafta. Por suerte, se detuvo un auto y me dijo que el pueblo estaba mucho mas lejos, cuando seguí al tomar una curva muy cerrada y con mucha arena, la moto se me fue, caí a una especie de hondonada.

La desazón que me embargo fue enorme, enseguida me tranquilice, yo no me había hecho nada. Mi suerte siempre me acompaña, a los 5 minutos apareció una camioneta con 4 personas. Me levantaron la moto, enseguida arranco.

Mientras estaba viendo los daños de la moto: se rompió el guiño izquierdo y se hundió un poquito el tanque donde va la insignia, llego Pipi y Marisol. Continuamos a Chivay (3900 MSNM), mucho más tranquilo.  

Encontramos hotel frente a la plaza, al rato llegaron, Sergio con Nanni y Daniel con Ileana, me informaron que le habían sacado la cubierta y la traían Ricardo y Sofía. Pipi busco al gomero por todo el pueblo, arreglaron la cubierta y se la llevaron a Rodolfo. Cenamos en el hotel, un baño y a dormir. La excursión al cañón la decidimos hacer en ómnibus.

 

6 de octubre

A las 7 AM estábamos en el ómnibus camino al Cañón del Colca, el más profundo del mundo con 4160 mts, tiene 120 km de largo, a su vera en todo ese trayecto hay varios pueblos que viven de la agricultura, sus pobladores mantienen intactas los sistemas de andenerías, siembran en pequeñas terrazas, maíz, habas y alfalfa.

Cuando habíamos recorrido unos 40 km, paramos en el mirador Cruz del Cóndor (3287 MSNM), desde donde se admira el majestuoso vuelo de los más de 50 cóndores que lo habitan, planeando, entre los picos Bombo-Ya, 5200 MSNM y el Walloa-Walloa de 6025 MSNM. La gente se queda extasiada al ver esta verdadera danza de los cóndores.

A las 11.30 AM estábamos de regreso en el hotel, cargamos las motos y reiniciamos la marcha. El camino tenia mucha arena, apenas salimos en una curva se me fue la moto y al suelo, la moto nada, a levantarla y seguir viaje. Estas máquinas son indestructibles. Yo ni un rasguño.

No habían pasado 30 minutos, en otra curva, de nuevo se me fue la moto, pase por arriba del parabrisas, según Rodolfo, haciendo una palomita, pegue con la burbuja del casco sobre el pavimento, se rallo toda.

Yo no me hice nada, párese cosa de mandinga, de la moto solamente desapareció el guiño derecho y se rayo el parabrisas. Roberto me empezó a llamar el hombre de goma.

Empecé a tener un poco de aprehensión con esto de tantas caídas, pero la verdad que en estos momentos hay que poner el pecho y seguir adelante. A pesar de todos los accidentes y caídas que tuve, la suerte me sigue acompañando, siempre lo saco barata.

Cuando entramos al camino destruido, lo encontramos al Pipi y a Marisol revolcados en la tierra, un ómnibus que venia en contra mano los encerró sobre la banquina derecha y como había tierra suelta la moto le patino y se cayeron, Marisol que iba sin guantes, se lastimo la mano, nada grave, la moto nada.

Cuando entramos a la ruta, empecé a ver las motos y el camino doble, así que empecé a cerrar un ojo para ver bien y continuar a la velocidad del grupo. Esa situación me preocupo bastante por que faltaba mucho por recorrer, para llegar a Córdoba. Llegamos a Moquegua si se puede decir, sin novedad.

 

7 de octubre

Salimos hacia Iquique tarde, la ruta unas rectas interminables, con leves subidas que terminaban en el horizonte, muchas misas-chico en los costados del camino y siempre una aridez intrigante. Enseguida de salir, empecé a ver doble, las líneas de la ruta se multiplicaban y veía varias motos a la vez.

Lo solucionaba cerrando un ojo, veía muy bien así pero me cansaba. Si les decía al grupo, seguramente no me iban a dejar seguir, eso para mi seria una derrota muy grande que no la puedo aceptar.

Llegamos a Tacna, todos se fueron de compras, yo aproveche, me tome un taxi y me fui a ver un oculista, cuando llegue y le expliqué a la secretaria mi problema y la urgencia que tenía, la gente que estaba en la sala de espera, les dijeron que me cedían el turno, les agradecí efusivamente, en cinco minutos estaba con el doctor.

Me revisó exhaustivamente, dijo que estaba perfecto y me receto, lágrimas artificiales y unas gotas antiinflamatorias.

Las derrotas y los abandonos, quedan; los cansancios, las incomodidades, los dolores y los riesgos, pasan.

Arribamos a Iquique. Encontramos hotel, nos recomendaron un restaurant cerca, fue una reunión muy amena, empezamos a contar cuentos cordobeses y todo el personal se reunió alrededor de nuestra mesa y participaron de los chistes riéndose a montones, la comida como siempre de alta cocina. Luego a dormir.

 

8 de Octubre

El recorrido hacia Antofagasta lo hace el camino a la orilla del Pacífico, el paisaje sigue siendo muy árido, ni siquiera una pequeña mata, se ve solo tierra, arena y algunas rocas, todo es muy desolador. Contrasta con la hermosura de la costa, me hace acordar en algunas partes, a la costa brava española, con sus pequeñas islas (morros) a la orilla de la costa, que por momentos cae a pique sobre el mar.

Cuando salimos veía perfectamente, mi moto cuando la quise pasar de 60km/h empezó a fallar, rateaba mucho, habíamos recorrido unos 120 km cuando se me acabo la nafta, puse reserva. En ese momento Rodolfo y Daniel se adelantaron, en unos 15 km se me termino la reserve, me pare tranquilo en la banquina a esperar. Había señal de celular, mande mensajes a Ricardo, que venia atrás nuestro y a Daniel. Trate de llamar a mi hijo Claudio, no me contesto.

Habían transcurridos unos 50 minutos y se me ocurrió destapar el filtro de aceite, en ese momento cuando estaba sacando las herramientas, llegó Daniel. Tomó la llave allén y cuando saco el filtro se lleno de aceite el y la moto, había como un litro de aceite en el filtro. Limpiamos todo, armamos sin poner el filtro, sacamos nafta de la moto del Daniel, cuando la pusimos en marcha la moto andaba a las mil maravillas y empezó a gastar el combustible normalmente.

Llegamos a Tocopilla, limpiamos con nafta el filtro, comimos algo y seguimos viaje. Aquí el camino se aleja del mar, empezamos a ver solo aridez. La ruta es una cinta interminable con leves curvas y contra curvas y ondulada, es una dulzura manejar la moto en esta cinta de plata que en alguna de las ondulaciones se pierde en el infinito y parece que termina en el horizonte.   

A las 7.30 PM estábamos en Antofagasta, después de recorrer 396km. Daniel le dio las coordenadas del GPS a Ricardo. Salieron mas tarde de Iquique por que tenían que cambiar la cubierta delantera de Ricardo, en 40 minutos estaban en los departamentos que habíamos alquilado. Hay nos enteramos que en Tocopilla a Marisol le habían robado de la mochila, todos los documentos de ellos y de la moto, yo me preocupe mucho por esta situación. Fuimos a cenar y a dormir.


9 de Octubre

Salimos de Antofagasta a las 11.30 AM, el paisaje sigue súper árido, es todo color marrón, la ruta vuelve a ir al lado del Pacífico. Se pueden distinguir todas las tonalidades de cremas y marrones que a la imaginación se le ocurra, con tonalidades de violeta, verde, azules y amarillos. El camino sigue en general recto, con algunas ondulaciones, en algunas de estas da la sensación que es un rampa de lanzamiento y que la moto va a salir despedida al espacio para entrar en orbita.

La ruta 5 se separa del mar, aquí empieza a verse un poco mas de vegetación que va aumentando hasta llegar a Copiapó. En este trayecto se pueden observar las formaciones geológicas más diversas: grandes piedras negras, arenas de distintas configuración, rocas de formas fantasmagóricas.

Recorrimos 570 km, llegamos a las 19 PM y Copiapó nos recibió con un tiempo muy frío, cielo con unos cúmulos nimbos dibujados. Eran como grandes copos de algodón, distribuidos simétricamente a tres bolillos, y en el fondo un cielo azul claro y cristalino, parecían bordados a mano. En la entrada vimos el Hostal Las Pircas, entramos y nos quedamos. Después de bañarnos fuimos a cenar y a la cama.


10 de octubre

Decidimos salir temprano, pedimos el desayuno para las 7 AM y a las 8 AM estábamos saliendo para cruzar la cordillera, nadie imaginaba lo que nos esperaba.

El amigo de Rodolfo que le dijo que el paso de San Francisco era muy bueno, es un irresponsable; no tenia idea de los sufrimientos que el grupo pasaría. Fue un viaje en tren fantasma, solamente falto que nos apareciera la calavera y nos pegara un susto mayúsculo.

La primera parte del camino transcurre sobre una quebrada con montañas muy bellas, la ruta es muy buena, los chilenos le llaman ensalado, le hacen un tratamiento con sal. Parece un pavimento muy arrugado que se puede ir a buena velocidad. Así llegamos a la aduana chilena, el tema de la nafta me tenia muy preocupado.

El personal del destacamento muy bueno y nos trato amablemente. No bien salimos de la aduana empezó el infierno y el sufrimiento. El viento era fuertísimo, nos inclinaba la moto, la ruta estaba toda cubierta de ripio, en parte entre 10 y 15 cm. Transitarla se hizo muy difícil, las 6 motos pasamos momentos de máximo peligro. En mi caso, iba por el centro de la ruta y el viento me empezó a tirar hacia la derecha, casi me voy hacia la banquina que terminaba en una zanja con ripio, la pude dominar acelerando y haciendo un esfuerzo extraordinario.

Al Pipi se le enterró la moto, en un guadal de piedra, algo inusitado. La sacaron empujando todos. Sergio pasó momentos de angustia, nadie entiende como no se cayó. Rodolfo pincho de nuevo, lo solucionaron transitoriamente, con tire-pando y las garrafas de aire comprimido. El camino cuando tocábamos el ripio parecía un flan. Unos kilómetros ante de llagar a la aduana Argentina, nos quedamos extasiados ante una inmensa laguna, de un celeste claro, no trasparente.

Nos detuvimos, sacamos fotos y continuamos nuestro fantasmal viaje.

La llegada al destacamento argentino fue volver a vivir, nos hizo regresar el alma al cuerpo. Nos trataron de maravillas, me dieron oxigeno y té, a los demás del grupo: café, té, masitas, en una sala con estufa a leña. El calor de amistad que nos brindaron y el comentario de que el camino que nos falta era muy bueno, nos tranquilizo muchísimo.

Al lado, hay un destacamento de Vialidad Nacional que nos vendió nafta, eso me serenó totalmente.

De aquí en adelante pudimos apreciar la lindeza del paisaje. Una verdadera sinfonía de tonalidad de colores, con contrastes insólitos, dos montañas rojas, una al medio de un color verde musgo, impactante. Aquí se pueden apreciar todos los colores existentes y las formas mas diversas que uno se puede figurar.

Apenas salimos del destacamento, faltando unos 150 km, a Rodolfo se le desinfló totalmente la cubierta, no tenia mas arreglo. Nanni se paso a la moto de Sergio y Rodolfo empezó a recorrer el camino, con la cubierta desinflada.

Unos 50 km. antes de llegar, una tormenta de viento y arena no nos dejaba ver más de 10 mts, un horror, los ojos se nos llenaron de arena, duro unos 20minutos.

A las 6 PM llegamos a Fiambalá, Rodolfo lo hizo acompañado por Daniel 1 ½ hora después. La cubierta estaba totalmente destruida. Hablo con el Bebí para que le mande una cubierta por ómnibus, hay no mas fue a la terminal y no la quisieron traer. Hasta ese momento no había ninguna solución. Pensábamos dormir en Tinogasta, pero había un corte piquetero en la ruta, nos quedamos aquí.

Había un evento de cuadriciclos, era muy difícil conseguir alojamiento, conseguimos alquilar una casa por una noche, la verdad muy cómoda y muy limpia. Nos acomodamos Daniel, Ileana, Rodolfo, Nanni, Sergio y Yo. Ricardo, Sofía, Roberto y Marisol consiguieron piezas en otra parte. Nos fuimos a cenar, el pueblo era una romería de gente, nos encontramos con un montón de amigos. Luego a dormir.

Mientras cenábamos, Daniel, Ileana, Sergio y yo, decidimos salir a las 7.30 AM. Rodolfo tenía que esperar solucionar el tema de la cubierta, Ricardo, Sofía, Roberto y Marisol saldrían mas tarde.   


11 de Octubre

Salimos a las 8 AM, las 3 motos con destino a Córdoba. El piquete de Fiambalá, nos dejo pasar sin ningún problema. En Tinogasta había otro piquete, que no solamente nos dejo pasar, sino que limpiaron toda la banquina para que no hubiera espinas. El viaje lo hicimos por Catamarca, un paisaje precioso, el camino muy sinuoso, con curvas y contra curvas, manejando la moto uno lo disfruta muchísimo, aparte de creerse Valentino Rossi.

Cuando íbamos llegando a San Martín, gracias al viento de cola y a la bajada, no me quede sin nafta.

Llegamos con el olor a nafta del tanque. En Quilino decidieron quedarse a comer Cabrito, era la 1.30 PM.

Yo me había comprometido con Claudio en llegar a las 15 PM, a comer asado en su casa, estaba toda mi familia. Decidí seguir viaje. Después de cariñosas despedidas y de pensar en los momentos vividos, daba lastima dejar el grupo. Tome los últimos 150 km con unos deseos inmensos de estar con los míos. La verdad fui muy rápido, la hora lo hacia posible, además, conozco bien ese camino.

A las 15.15 estaba entrando en la casa de Claudio. El cuenta kilómetros de mi moto marco 7146km. El reencuentro con los míos estuvo cargado de emociones, por los intensos y difíciles momentos vividos durante el viaje, que lindo es estar en casa. Es muy bueno salir de viaje, pero que bueno es retornar.

Hable con Rodolfo me dijo que estaba armando una cubierta 17 de motocross y que iba a tratar de llegar a Villa Dolores, el resto del grupo llegó mas tarde, todos sin novedad. Me comunique con Rodolfo a las 20 PM, estaba en Villa de Soto tomando un café y le faltaban 140 km, al otro día el Bebí me dijo que llegó bien.

Una última reflexión: este grupo merece un homenaje a su homogeneidad, a su unidad y a la calidad amical de sus participantes. Reitero no hubo en todo momento, ni una discusión, ni un reproche, ni un gesto entre los pasajeros de las distintas motos. Con este grupo se puede ir al fin del mundo. Un viaje, cargado de riesgos, con mucha suerte y muy fuerte en emociones. Será muy difícil de olvidar semejante aventura.

 

 

 

Turismo y gastronomía en Lima

Turismo y gastronomía en Lima

Por Santiago Casenave

 

Tentados por las promociones de una conocida aerolínea de bandera trasandina, organizamos junto a Luciana nuestro viaje por cuatro días a la Ciudad de Lima, Perú, el fin de semana largo del 17 de Agosto, día del aniversario de la muerte de nuestro prócer el Gral. José de San Martín, y fecha que, curiosamente, no es feriado en Perú, país también liberado por el mismo prócer.

 

Día 1

Pues bien, despegamos del Aeropuerto Pajas Blancas puntualmente a las 9.30 hs. del día viernes, en una jornada con bastante bruma, debido a los incendios que –tristemente- tiñen de negro nuestras sierras todos los inviernos.

El vuelo fue muy tranquilo y agradable, y desde el inicio –con agradable música en los auriculares- pudimos disfrutar del paisaje de nuestras sierras visto desde arriba, desde Villa Allende, Mendiolaza, Río Ceballos, el camino “El Cuadrado”, luego el Cerro Uritorco, Dique La Viña, pasando luego por el paisaje salino del norte de la Provincia de Córdoba, todo realmente hermoso desde esa perspectiva. Luego de un tiempo nuestro avión se encontraba sobrevolando paisajes realmente bellos, con poco y nada de civilización a la vista, muchas formaciones montañosas, lagunas, salares, cerros nevados, y un color ocre en todas sus gamas predominante.

Ya acercándonos a la hora del aterrizaje, se vislumbraba a nuestra izquierda la costa del Pacífico, y el cielo limeño que nos recibiría completamente nublado, clima propio de la estación de invierno en esa ciudad.

Arribamos puntualmente y con dos horas menos de diferencia al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, situado en el distrito del Callao de Lima. El chofer de nuestro transfer nos esperaba con un cartel con nuestros nombres en el hall del Aeropuerto, por lo tanto cargamos nuestro equipaje en la mini van, nos ubicamos rápidamente y emprendimos el viaje hacia nuestro hotel, situado en el distinguido distrito de Miraflores.

La primera impresión de la Ciudad de Lima trasladándonos hacia nuestro destino fue bastante particular, característica de las capitales sudamericanas: mucho desorden, tránsito caótico, taxis y el transporte público pululando en todas las calles, nula planificación, vendedores ambulantes, etc.

Ya acercándonos al distrito de Miraflores, nuestro chofer hizo un pequeño recorrido por la ruta que corre contigua al Océano Pacífico. La costa del mar en este lugar es bastante particular: existe un acantilado de aproximadamente veinte metros de altura, detrás del cual se encuentra emplazada la Ciudad de Lima. Este acantilado es de una consistencia arenosa-arcillosa, y a sus pies corre una ruta de doble mano, una especie de “costanera” (por la cual nos veníamos conduciendo) contigua a la playa.

Ya a la altura del distrito de Miraflores, ingresamos por el Malecón 28 de Julio (malecón se le dice en Perú al boulevard que tiene un cantero al medio, con plantas) y la primera impresión de este distrito fue muy agradable, todo muy ordenado, distinguido, muchos edificios modernos, mucha seguridad (no obstante luego descubriríamos la otra Lima, la desordenada).

Llegados al hotel “Casa Andina” en Miraflores, hicimos el check-in con agrado ya que las instalaciones eran muy buenas, y nos preparamos para empezar el recorrido de la Ciudad. Emprendimos la caminata, hicimos cambio de divisas y un consejo –si se me permiten en este relato- es que cambien sus dólares con las personas que lo ofrecen en las esquinas de Miraflores (una especie de “arbolitos”). De acuerdo a lo que nos enteramos después, no sólo son legales, sino que pertenecen a la propia alcaldía de Miraflores (es decir, es personal público), aunque la razón más importante es que tienen la mejor tasa de cambio, en comparación a los Bancos oficiales en donde cambiamos.

Como dije, el paisaje en el distrito de Miraflores es muy coqueto, hay mezcla de edificios modernos con casas de estilo antiguo, muchos autos importados, seguridad en casi todas las esquinas, muchos lugares “gourmet” para comer, boutiques, y tal como nos enteráramos después, el 80% de los hoteles de Lima están situados en este distrito de Miraflores, lugar turístico por excelencia de Lima que ha tenido un desarrollo notable en los últimos años.

La caminata –y fundamentalmente el hambre- nos fueron llevando lentamente hacia “Larcomar”, un mall comercial emplazado en el acantilado mismo junto al pacífico, una especie de “shopping a cielo abierto”, bastante curioso. Luego entendimos la explicación de este singular lugar: en Lima nunca llueve. Ocasionalmente cae alguna fina llovizna durante las noches, pero nunca llueve copiosamente, por ende, no se justifica demasiado que el shopping tenga techo!

Si bien no soy muy amante de los shoppings, éste tal vez por su singularidad y vista al mar logró agradarme, por lo tanto y luego de recorrerlo un poco nos ubicamos en un restaurant con menú “buffet” (lo que vendría a ser un equivalente a nuestro “tenedor libre”), sentados en un lugar inmejorable, al pie del acantilado, con vista al Pacífico y Bossa n´ Beatles de fondo!

Ahí nos dimos un banquete de esos que valen la pena. Tuvimos primer contacto con algo de la cocina peruana, particularmente, el famoso “ceviche” (pescado cocido al limón, cebolla morada y ají), causa a la limeña (una especie de papa rellena), rocoto relleno (un ají muyyyy picante relleno con carne y vegetales), choritos a la characa (ostras con jugo de limón, cebolla y pimientos), y otros manjares más, en fin, todo delicioso, realmente me resultó muy placentero descubrir todos estos nuevos sabores.

Luego nos enteraríamos –y corroboraríamos- la fama de la cocina peruana, particularmente a causa de la fusión entre las distintas culturas que fueron integrando este país, por sólo mencionar ejemplos, tienen influencia de la cocina andina, española, asiática en incluso africana, en fin, casi todos los continentes resumidos en una misma sartén.

Luego del banquete y previa digestión nos fuimos a recorrer la extensa costanera de Miraflores, siempre en la parte de arriba del acantilado. Pasamos por el “Parque del Amor”, lugar con esculturas curiosas de enamorados besándose y muros decorados al estilo “Gaudí”. De allí caminamos algunas cuadras más para ver cómo desde el barranco practicaban parapente, con condiciones climáticas inmejorables ya que un viento suave y constante entra desde el Pacífico permitiendo el vuelo de estos objetos voladores.

Siguiendo por el distrito de Miraflores, caminamos tranquilamente unas veinte cuadras más hasta el “óvalo” (así se le llama a la plaza con forma de rotonda), lugar neurálgico de Miraflores, en donde sobresale la Iglesia de la Merced, muy linda y bien conservada. Una vez allí nos dirigimos hacia el denominado “mercado indio”, que consiste en unas dos cuadras ubicadas sobre calle Petit Thouars, en donde se ubican gran cantidad de locales y galerías comerciales, repletas de tiendas donde se pueden conseguir las típicas artesanías de Perú a módicos precios. Un dato al margen es que en Lima el “regateo” es regla. Es algo a lo cual no estamos muy acostumbrados, pero en casi todos los comercios de Lima el precio se pelea, y mucho, no olvidar.

Finalmente y para terminar nuestro primer día nos quedamos cenando en la llamada “calle de las pizzas”, ubicada también en el distrito de Miraflores, unas tres cuadras repletas en ambos lados de locales gastronómicos, boliches, bares, karaokes, en fin mucha oferta, y además desde cada local te invitan –insistentemente- para que entres a sentarte y a probar el famoso “pisco sour” de cortesía, al cual en definitiva no nos costó mucho negarnos y a su vez nos dio el ingrediente justo para descansar luego de un primer día de mucho recorrido.

 

Día 2

Iniciamos nuestro segundo día con un suculento y delicioso desayuno en el hotel, que incluyó –en mi caso- café con leche, tostadas con queso y mermelada, jugo de naranja, tocino, huevos revueltos, yogur con papaya, melón, y cereales. Luego de este atracón matutino nos buscó por el hotel el transfer contratado para el “city tour”. A esta altura tengo que confesar que tenía algunos prejuicios con los city tours, tal vez porque a mi edad no soy muy partidario de este tipo de turismo “tradicional”, pero en definitiva sólo eran prejuicios infundados, el city tour estuvo más que interesante. En primer término pasamos por un lugar arqueológico denominado “Huaca Pucllana” (huaca=lugar, pucllana=sagrado), unas ruinas precolombinas milenarias, emplazadas en el medio de un barrio urbano. De allí el bus emprendió el camino hacia el Centro Histórico de Lima pasando por el distrito de San Isidro, también muy pintoresco y en donde -como dato singular- se encuentran la gran mayoría de embajadas y consulados de los países del mundo, entre ellas nuestra embajada, pintada de rosada, y la de Venezuela, pintada de un color rojo furioso.

Llegando al Centro Histórico de Lima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pasamos por el Paseo de la República, el Palacio de Justicia, y luego por la Plaza “San Martín”, rodeada de edificios muy pintorescos. En esta plaza está emplazada la estatua de José de San Martín, subido a su caballo, y en su postura tradicional apuntando con su dedo al Oeste (pese a que había escuchado, o leído, el rumor de que en Perú las estatuas de San Martín miraban hacia el Este, ya que están del otro lado de la cordillera, y hasta sonaba lógico… Pero parece que no es cierto, miran todas hacia el Oeste nomás…)

Luego el bus se detuvo y nos dejó en la Casa de la Moneda, edificio en cuyo subsuelo funciona un museo que pasamos a visitar. En este lugar y mientras hacíamos el recorrido apreciando las obras de arte, piezas originales de oro, vasijas, prendas de vestir, ornamentos, etc. de las culturas precolombinas del Perú, los guías del city tour nos cuentan que pese a que la civilización Inca es la más conocida y difundida del Perú, ya que fue aquella con la cual se encontraron los españoles al llegar a América, los Incas fueron la última de una serie de civilizaciones precolombinas que habitaban el suelo peruano desde aproximadamente el año 3.000 a.C! Éstas habitaron a lo largo de las tres zonas en que se divide tradicionalmente a Perú: sierra, costa y selva. Cada una de estas civilizaciones, durante su tiempo de vigencia, tuvieron grandes desarrollos en construcciones, cultivos, artesanías, astronomía, etc. A su vez, una de las virtudes más importantes de la civilización Inca como conquistadores fue la de sintetizar en un único imperio todos los avances que a lo largo de siglos venían desarrollando las civilizaciones anteriores, es decir, no fueron grandes desarrolladores sino que lograron agrupar y consolidar los avances y desarrollos de los pueblos que iban conquistando; y a su vez al ser politeístas reconocieron y respetaron los cultos de los pueblos que conquistaron, sabido es que hasta hoy los conflictos étnicos y religiosos son responsables de grandes enfrentamientos; de allí entonces el éxito y la gran extensión que lograron los Incas con su imperio, quienes en su época de mayor esplendor abarcaron desde Ecuador hasta la provincia argentina de Mendoza, aproximadamente.

En fin, nos fuimos un poco del relato; luego de la visita al museo del subsuelo de la Casa de la Moneda llegamos finalmente a la Plaza Mayor o “Plaza de Armas” en el Centro Histórico de Lima, realmente muy pintoresca y cuidada, con mucha seguridad en toda su extensión y alrededores. En el centro de la Plaza de Armas, y entre palmeras que le dan un toque especial, está situada una fuente de agua, lugar exacto en donde Francisco de Pizarro fundó la ciudad que sería capital del Virreinato durante más de 300 años. Alrededor de la Plaza Mayor se encuentran emplazados numerosos edificios, públicos que le dan al lugar un entorno realmente soberbio. Sobresalen la Catedral de Lima, de estilo arquitectónico “ecléctico”, es decir con mezcla de varios estilos, ya que fue construida en diversos períodos, y en cada uno de ellos se aplicaba el estilo “de moda” que llegaba desde el antiguo continente. También sobresale el Palacio de Gobierno, donde funciona el Poder Ejecutivo Nacional, y la Alcaldía de Lima, en donde funcionan los organismos de gobierno del Distrito de Lima. También se destacan edificios con balcones tallados en madera con influencia española, todo lo cual como dije le da a la Plaza Central de Lima un entorno realmente imponente.

Luego de las fotos de rigor, para finalizar el city tour contratado nos dirigimos a la Iglesia Convento de San Francisco, en cuyo subsuelo se encuentran las “catacumbas”, que funcionaron como cementerio durante la época colonial, y en donde actualmente se pueden observar miles de restos óseos humanos, lugar no apto para claustrofóbicos ni para impresionables.

Terminado el city tour y viendo que las reservas del frugal desayuno del día se habían agotado después de tanto recorrido, empezamos a buscar un lugar para comer, y con la premisa de que “el que busca encuentra”, dimos de casualidad con lo que estábamos buscando: una feria gastronómica callejera, “Sabor y Sazón del Perú”, con comidas típicas de cada una de las tres regiones del Perú, comimos “calapullca” y el famoso “ají de gallina”, todo delicioso acompañado de una Inca Kola, bebida típica de Perú y que si no me equivoco en Perú se toma más que la propia Coca Cola.

Luego del almuerzo, ya recorriendo las calles adyacentes al Centro Histórico, buscando llegar a una calle en donde nos dijeron que se encontraban todas las tiendas de instrumentos musicales, dimos con otra parte de la Ciudad de Lima, alejada de los circuitos turísticos, mucho más caótica, pobre, sucia y lúgubre. Lo que más sorprende es lo caótico del tránsito, hay por ejemplo cientos de mini vans, pequeños colectivos que funcionan como transporte público con un chofer y otra persona que  va en la ventanilla gritando a viva voz el recorrido. Estas mini vans pululan por todos lados, al parecer sin ningún tipo de control, sumando cada una su granito de arena para el caos general. Pero fundamentalmente el caos proviene de las molestas bocinas, que los conductores limeños, TODOS sin excepción, usan casi sin sentido, en todo momento, lo que convierte al tránsito en un bullicio que se hace por momentos realmente insoportable. Me sorprendió mucho, sin embargo, que a diferencia de nuestro país, en donde cuando se llega al “bocinazo”, seguramente éste va acompañado de improperios, insultos, y amenazas varias (con señas obscenas y tono machista si la agredida es una conductora mujer, convencido quien dirige el improperio de que es el mejor conductor sobre cuatro ruedas sobre el planeta), lo que sorprende aquí en Lima es que luego del bocinazo que parece la antesala de una pelea a golpes de puño entre agredido y agresor; luego de todo esto los conductores siguen su marcha como si nada, sin siquiera mirarse, el tránsito sigue así su curso caótico y el bocinazo se pierde entre el resto de las miles de bocinas que le dan a la Ciudad este característico y molesto bullicio.

Pues bien, luego de encontrar la calle Nicolás de Pierola, la de los instrumentos musicales, y luego de haber adquirido un muy buen cajón peruano a la mitad del precio al que lo vendían en la feria de artesanías de Miraflores -aplicando la regla del “regateo”, por supuesto- emprendimos el largo regreso hacia nuestro hotel.

Previamente pasamos por un parque llamado “El Circuito Mágico de las Aguas”, un hermoso y atractivo parque público, con césped y vegetación puntillosamente cuidados, y que se jacta de tener un récord Guiness por ser el “complejo público de aguas danzantes más grande del mundo”. Todo muy lindo y pintoresco, muchas fuentes con ingeniosos diseños, láseres, luces de colores, música, en fin todo un show. Desde este parque, a su vez, se puede ver el Estadio Nacional de Lima, en donde juega habitualmente la selección nacional de fútbol de este país.

Llegados así al hotel y muertos de cansancio, no obstante decidimos ir a conocer una “peña” de comidas y música característica peruana, y así nos recomendaron un lugar llamado “De Rompe y Raja” en el Distrito de Barranco. Allí nos recibieron los mozos del lugar, preguntando si teníamos reserva pese a que el lugar estaba completamente vacío. Resulta ser que se trataba de una de las peñas más importantes de todo Lima, y en este punto realmente recomiendo ir a este lugar, porque tanto la comida como el show de música afroperuana es de primer nivel. En cuanto a lo primero, es decir la comida, nos servimos una especie de picada con comidas típicas varias, lo más destacable los famosos “anticuchos de corazón de res”, una comida típica de origen afro, que consiste en una especie de “brochettes” de trozos de corazón, previamente marinados con comino, ají, y otros ingredientes, y luego cocinados al fuego, un sabor delicioso y picante, realmente exquisito. Según nos decían, esta comida tuvo su origen en la época de la colonia, en la cual a los esclavos africanos les daban las vísceras de los animales para comer, así crearon esta comida que hoy es patrimonio de todos los limeños.

Luego dio inicio el show musical, el cual particularmente disfruté mucho ya que me encantan las manifestaciones culturales que resultan de la fusión de las diferentes culturas a lo largo de la historia, y qué mejor ejemplo que la música afroperuana, que es una síntesis exquisita de ritmos africanos, americanos y europeos. Show de primera calidad como dije, al que luego y como si esto no hubiera sido poco se le agregó un show de baile, con danzas típicas afroperuanas, en fin uno de los puntos más altos del viaje, no quisiera ser reiterativo pero fue muy placentero haber podido conocer la faceta cultural y musical de Lima.

 

Día 3

Luego de la gran actividad del día anterior, el plan para el domingo consistió en levantarnos un poco más tarde, disfrutando de las cómodas instalaciones de la habitación, y deleitándonos nuevamente con el suculento desayuno, al cual le agregamos esta vez, tamales!

Pues bien, luego de este desayuno-almuerzo, partimos rumbo a las ruinas de Pachacamac, ubicadas a unos 30 km. al sur de Lima. Teniendo en cuenta que habíamos arrancado un poco tarde, y el transporte turístico que lleva a estas ruinas salía a la mañana temprano, elegimos ir contratando un taxi, regateando previamente un precio bastante conveniente por la ida y vuelta. En el recorrido hacia las ruinas nuestro chofer nos condujo por la costanera atravesando los distritos de Miraflores, Barranco, y Chorrillos. Pasando por éste último distrito, el conductor nos indicó la existencia de un pintoresco puerto, con muchos puestos en donde se come pescado fresco, pesca del día, así que ya teníamos nuestro plan para el día siguiente.

Pues bien y luego de unos minutos por la Panamericana Sur, llegamos hasta las ruinas de Pachacamac, en las cuales existe la opción de recorrerlas a pie (son unos cuatro km. en total de recorrido) o bien se puede ingresar con vehículo, esto último me resultó bastante raro, que permitan entrada de vehículos a un sitio arqueológico, en fin. En cualquier caso, es recomendable contratar los servicios de los guías que se ofrecen en el lugar, ya que de este modo se comprende mejor lo que se está observando.

Una vez recorriendo el lugar con nuestro guía Gino, se ingresa primero a un pequeño museo, en donde se exponen piezas encontradas en el lugar, vasijas, jarros, prendas de vestir, etc., también cada uno de estos objetos representativo de las distintas civilizaciones que habitaron estas ruinas, las cuales eran utilizadas como sitio de culto.

Luego emprendimos el recorrido completo y a pie por las ruinas, en un entorno de paisaje desértico, y en su parte más elevada, correspondiente al “Templo del Sol” de los Incas, con una vista muy buena del océano pacífico. Muy interesantes también las explicaciones e historias que nos brindó nuestro guía, haciendo muy ameno el momento.

Luego de recorrer las ruinas volvimos en un largo viaje hacia la zona del Centro Histórico, y caminamos unas cuadras hasta la calle “Capón”, en donde se encuentra el “Barrio Chino” de Lima. Allí y luego de dar unas vueltas nos instalamos en un “chifa” que es la denominación genérica que tienen los locales de comida china en Lima, y de los cuales hay cientos, no sólo en el barrio Chino sino en todo Lima. Una vez ubicados probamos el famoso “chaufa”, que vendría a ser una castellanización del “chow fan” (arroz saltado con pollo, huevo y verduras). El “chaufa” es el plato base de la comida china en Lima, y se lo sirve acompañado de carne, pollo, pescado o verduras. En nuestro caso comimos el “chaufa” con un pescado con salsa de tamarindo y piña, otro pescado con salsa “tau-si”, todo acompañado de sopa “wan-tan”, y una Inca Kola, por supuesto.

Muy relajados y luego de la comida china regresamos a la zona de la Plaza Mayor, primero aprovechando para comprar algunas artesanías, y luego para tomar tranquilos unos mates en la Plaza Mayor, en donde nos encontró el atardecer, disfrutando la hermosa vista de la Plaza y todos los edificios que la circundan, totalmente iluminados. Aprovecho para aclarar que, pese a la mala fama que se había hecho de Lima en los últimos años como ciudad insegura, en todo momento se advierte la presencia de personal de seguridad, incluso de noche, no obstante se advierte fundamentalmente en los lugares de más afluencia turística, por ejemplo Miraflores y Centro Histórico, de todos modos creo que es importante destacarlo, más allá de las precauciones básicas que deben tenerse en cualquier lugar.

En fin y como para culminar el día de descanso compramos comida para llevar y comer en la habitación del hotel, la cual disfrutamos luego de un baño reparador, al cual agregamos un sueño también reparador luego de la gran actividad del día.

 

Día 4

En nuestro último día iniciamos como siempre con un buen desayuno, esta vez un poco más liviano, ya que el cuerpo empezaba a acusar señales del castigo al cual lo veníamos sometiendo en los tres días anteriores.

Hicimos late check out y nuestro plan consistió en ir a comer mariscos al puerto del Distrito de Chorrillos por el cual habíamos pasado el día anterior, previa caminata por la playa hasta ese lugar.

En este punto me permito agregar más información sobre el clima de Lima en esta altura del año: como dije antes, está todo el tiempo nublado, y cuando digo todo el tiempo digo TODO el tiempo! Es el clima característico del invierno, nublado, a veces brumoso, y templado, con una temperatura promedio de 20ºC, pero en definitiva es un clima ideal cuando los planes consisten en caminar, conocer y disfrutar.

Por ende y con estas condiciones climáticas empezamos el recorrido por la playa del Pacífico, camino al puerto del Distrito de Chorrillos, en una tranquila caminata que nos llevó una hora.

Llegando al puerto de Chorrillos comienzan a verse las pequeñas embarcaciones de los pescadores, quienes salen a buscar su pesca a la madrugada. Es un pequeñísimo puerto y en sus instalaciones se encuentran una gran cantidad de puestos de comida, pequeños y sencillos restaurantes pegados los unos a los otros, en los cuales se puede comer pescado fresco en todas sus variedades.

Así nos instalamos rápidamente en uno de ellos para almorzar. La entrada consistió en “choritos a la characa”, una fuente inmensa de ostras condimentadas con ají, cebolla, pimiento, limón, muy picante, realmente delicioso, acompañado por una cerveza helada. En ese momento se acercó a la mesa un trío musical, integrado por guitarra, cajón peruano y maracas, y nos regalaron unos lindos temas. Luego llegaron los platos principales, que fueron un excelente arroz con mariscos, y un “chicharrón de langostinos” (langostinos fritos), sin palabras.

Finalizado este nuevo –y enésimo- banquete, volvimos a la playa cercana al puerto y nos quedamos unas dos horas plácidamente en la arena, un poco de lectura y otro poco de siesta, con el sonido somnífero del mar de fondo.

Emprendimos así la vuelta para Miraflores por la playa, y así pasamos por el Distrito “bohemio” de Barranco, también muy pintoresco, recorrimos sus calles de adoquines, de casas coloniales, restaurantes, hostels, puestos de artesanías; una especie de “San Telmo” en Lima, realmente recomendable para pasear. Allí probamos los famosos “picarones”, otra comida de origen afro, muy parecidos a nuestros “churros”, aunque más dulces ya que los rocían con un almíbar exquisito.

Luego de recorrer un poco más Barranco, volvimos por la costanera hacia Miraflores, ya estaba cayendo el atardecer y se acercaba el momento de nuestro regreso a Córdoba.

Se podría decir que nos faltó por hacer el recorrido de los museos en Lima, de los cuales hay muchos y variados, tal vez los más famosos sean el Museo de Historia y Antropología del Perú, y el Museo de Oro del Perú. En el primer caso, dicen que es muy bueno, ya que como su nombre lo indica no sólo se exhiben piezas arqueológicas sino también la historia completa de Perú, desde sus inicios y hasta la actualidad. Del segundo no tuvimos buenas referencias: nuestro guía de las Ruinas de Pachacamac nos comentaba que en el mismo se exhiben una gran cantidad de piezas de oro, las cuales en muchos casos fueron robadas de los sitios arqueológicos por –digámosle si es que cabe la palabra- “mercenarios”, por lo tanto muchas de ellas no tienen la explicación del lugar donde fueron encontradas, ni a quienes pertenecía, ni cuál era el significado que tenía, en fin, se exhiben como simples y vistosas piezas de oro. Pero bueno, en definitiva queda a criterio de cada uno, nosotros con lo que vimos y escuchamos en el Museo de la Casa de la Moneda y el de las Ruinas de Pachacamac nos pareció más que suficiente.

Pues bien, y finalizando este relato, llegando la hora del regreso juntamos nuestras cosas en el Hotel, nuestro transfer nos pasó a buscar puntualmente y nos dejó en el Aeropuerto Jorge Chávez, en donde tomamos nuestro vuelo de regreso, con el corazón y –fundamentalmente- con el estómago, contento.

 

INFOGRAMA PERÚ

Idioma: castellano, quechua

Moneda: 3.09 PEN (sol peruano) = 1 USD

Documentación necesaria: DNI o Cédula Federal  

www.peru.info

 

 

 

A Perú en bus

A Perú en bus

Por Nicolás Boggione

 

Quisiera compartir mi experiencia de viaje por el norte argentino, Chile y Perú, con el Machu Picchu como el destino estrella de este recorrido realizado en bus. La elección de este medio de transporte para recorrer la distancia que nos separa de la mágica ciudadela Inca, tiene su origen en la posibilidad que brinda el medio; de tener un contacto más directo con los lugares que se visitan y transitan, además de permitir recorrer mucho más en un determinado espacio de tiempo. Fueron en total 16 días -con sólo tres noches a bordo- que podría dividir en tres grandes partes: de conexión, el viaje en si mismo y el regreso.

 

La conexión

Partimos en plan grupal desde la ciudad de Córdoba por la tarde, para pasar toda la noche a bordo y amanecer ya en otro destino, en la ciudad de Salta. Luego del desayuno, el recorrido nos guía hacia la vecina Jujuy, con una parada en Purmamarca, con el famoso y pintoresco Cerro de los Siete Colores como telón de fondo. Y aquí haría la primera recomendación: debido a la altitud y clima seco de la zona, hay que usar siempre sombrero, protección solar alta y lentes de sol. De ser posible, también proteger los labios y lo que es muy importante ingerir mucho líquido (agua lo mejor), comer liviano y andar y hablar poco y pausado. Teniendo en cuenta que no sólo es un tema de altitud, sino de las diferencias de altura que se van experimentando a lo largo del viaje, que van en un rango amplio desde los 4800 metros de altura hasta bajar al nivel de mar, en la costa chilena. Igualmente, no hay que tenerle miedo al mal de altura o de montaña, llamado coloquialmente  apunamiento o soroche, ya que los síntomas son leves (dolor de cabeza, agotamiento físico) y pasan apenas se desciende. Y mientras menos se piense en ello, mejor.            

Luego de esta parada, el recorrido sigue por la Cuesta de Lipán, camino a las Salinas Grandes. En ambos casos, el entorno natural es increíble y en las salinas realizamos algunas paradas para tomar fotografías de este escenario atípico, totalmente blanco. Atravesando las salinas, continuamos el recorrido hacia Susques, un pueblito de adobe muy pintoresco, donde tendremos nuestra primer noche de hotel. Aquí la hotelería es sencilla, pero con servicios muy completos.

AL día siguiente, temprano, nos subimos nuevamente al bus para pasar hacia Chile, por el paso de Jama, ubicado a 4800 m.s.n.m. Se trata del único paso limítrofe con Chile que permanece abierto todo el año, con sol garantizado debido a la falta de precipitaciones del clima reinante, y por la ausencia de nieve, a pesar de la altitud.

Por allí se ingresa a San Pedro de Atacama, primer pueblo del lado chileno. Y aquí viene la segunda recomendación: conviene siempre llevar dólares y no pesos argentinos, ya que se gana mucho con el cambio. Aquí se puede visitar el Valle de la Luna o bien hacer sandboard, ya que se trata de una zona desértica. Aquí nos encontramos a unos 2500 m.s.n.m., en una planicie en altura, desde donde descendemos hacia Arica, una ciudad de mar. Sin olvidar el paso por las minas de Chuquicamata, de presencia monumental, y de tal magnitud que hasta se observan con detalle desde Google Earth.

La impresión que deja Arica es la de las ciudades chilenas en general: son limpias y ordenadas y uno se encuentra con gente por sobre todas las cosas amable. En esta ciudad nos quedaremos una noche también, para dirigirnos al día siguiente hacia Arequipa, ya del lado peruano, cerrando esta etapa que he denominado de conexión.         

 

Perú

Otra de las recomendaciones que daría es que, debido a la gran cantidad de recambio de hoteles y noches en diversas localidades, se debe llevar sólo el equipaje básico y necesario, teniendo en cuenta que en general las temperaturas descienden por las noches a 5º-7º y los días son cálidos, rondando los 18º-25º. Lo mejor es llevar una mochila de mano y utilizar la modalidad de vestimenta por capas.

Ya en Arequipa, donde pasaremos dos noches, nos encontramos con una de las tantas particularidades del Perú: las diferentes versiones que constituyen la historia del país, sus mitos y el misterio que rodea cada uno de sus rincones. En el caso de Arequipa, porque es llamada la Ciudad Blanca, según una versión por haber sido una localidad benévola con la llegada de los blancos al nuevo continente, que supo albergar a los españoles en la conquista. Aunque, según otra teoría, el calificativo proviene de la blancura del sillar, piedra volcánica abundante por esta zona, con la que fueron construidos sus magníficos templos. Como fuere, se trata de la segunda ciudad más densamente poblada de Perú (después de Lima), con una importante variedad de edificios históricos para visitar. También se puede salir de la ciudad y visitar su campiña al pie del Misti, hermoso cono nevado de más de 5500 m.s.n.m.

Desde allí nos dirigimos hacia Cusco, ciudad emblemática, punto de partida para el famoso Machu Picchu, donde descansaremos también dos noches. Cusco es una oportunidad única para acercarse a la influencia ejercida por el poder colonial, a través de sus construcciones, de cada templo, la Plaza de Armas, sus barrios, etc. También para adentrarse en la cultura incaica, a través de la visita a diferentes sitios arqueológicos que dan cuenta de la magnitud de esta civilización. Hay cuatro de especial relevancia: Sacsayhuaman, Kenko, Pucapucara, Tambomachay.

Y como el turismo está siempre presente aquí, la vida nocturna es agitada en Cusco, con una muy buena oferta de coctelería. ¡Incluso hasta Fernet! La comida en general es bien diferente a la nuestra, con una dieta a base de verduras y arroz, mucha variedad de sopas y carne de alpaca. Además, comer en Perú resulta económico para el bolsillo del viajero.

Luego de esas dos noches en Cusco, nos vamos en combi a lo que se conoce como el Valle Sagrado de los Incas, donde además de ruinas también hay varios puestos de artesanías bien típicas. Finalmente nos acercamos a la estación de trenes de Ollantaytambo, desde donde partimos hacia Aguas Calientes, un pueblo que está al pie de la ciudadela de Machu Picchu. Se trata de una localidad pedestre, por lo que no hay vehículos y todo lo que llega hasta allí es por el tren. Los únicos vehículos son los minibuses que se encargan de llevar al turismo desde Aguas Calientes hasta Machu Picchu. Allí pasamos la noche, con posibilidad de conocer el pueblo, sacar algunas fotos y hacer baños termales, de ahí el nombre del pueblo. Hay además una muy buena gastronomía para disfrutar, bares, música, Internet… todos los servicios para el turista.       

La gran ventaja de dormir en Aguas Calientes es que al otro día a la mañana bien temprano nos vamos para Machu Picchu. Son 15 minutos de viaje y una vez allí, se siente una energía particular que te moviliza. Es simplemente mágico. Hay un circuito circular que permite recorrer el espacio (que comienza con la vista de la típica imagen del Huayna Picchu) y llegar a la piedra sagrada de los Incas, la que en el Inti Raymi marca el comienzo del año nuevo de los Incas. Luego los visitantes pueden quedarse a contemplar donde gusten. En el lugar además hay todos los servicios.     

Luego regresamos hacia Cusco, pasando por Aguas Calientes primero y luego en tren hasta Ollantaytambo. El resto del trayecto se hace en combi, pero por un circuito diferente al de ida, rodeando de esta manera todo el Valle Sagrado.  

Pasamos dos días más en Cusco en lo que es un espacio de descanso y de reflexión respecto a todo lo hasta ahora vivido.

Luego de estos días nuestro recorrido continúa hacia Puno, en las puertas del Lago Titicaca, donde también hacemos noche. Una vez en el puerto, nos subimos a unas embarcaciones que nos llevan hasta la Isla de los Uros. Se trata de islas flotantes, hechas con totoras donde viven estos particulares pobladores indígenas. Allí tiene sus casas, donde comen y viven de esta planta, con el que también construyen sus embarcaciones.

Hasta aquí podría decir que es la parte más rica y turística del viaje. Y si bien nos quedan varios días de viaje, ya comenzamos con el regreso, teniendo en cuenta las grandes distancias que nos quedan por recorrer.

 

El regreso

Luego de Puno nos dirigimos hacia Tacna, también en Perú, donde nos quedamos una noche. Es una ciudad importante en cuanto a su actividad minera y se puede recorrer su parte céntrica. Al otro día cruzamos hacia Chile nuevamente, pero en este caso hacia Iquique, una ciudad portuaria muy grande, donde se ubica el segundo puerto chileno más importante. Es zona franca, y tiene un shopping conocido como Zofri, donde se pueden adquirir diferentes productos a buen precio (perfumes, bebidas, electrónica, etc.). En Iquique también se puede recorrer la playa, dividida en dos zonas: la Brava y Covancha. También el centro y nos quedamos a pasar la noche.

Al otro día emprendemos el regreso hacia Argentina, vía San Pedro de Atacama, para llegar a Tilcara –Jujuy-, donde luego de recorrer la localidad y realizar las últimas compras de rigor, pasamos la noche, la última del tour. A la mañana siguiente dejamos el norte argentino, para finalmente regresar por la tarde – noche a la ciudad de Córdoba, luego de 16 días de increíbles paisajes y el contacto con una gran diversidad cultural.      

 

 

 

INFOGRAMA PERÚ / CHILE

Idioma: castellano, quechua

Moneda: 3.09 PEN (sol peruano) = 1 USD = 507 CLP (pesos chilenos)

Documentación necesaria: DNI o Cédula Federal  

www.peru.info, www.chile.com

 

Mirá fotos relacionadas con este destino acá (Fotos gentileza Alejandro Cerrutti - Rolling Travel)

Cuzco

Cuzco

Por Santiago Casenave

 

Uno de los regalos más gratificantes que he recibido en mi (ya no tan) corta experiencia de vida ha sido la posibilidad de conocer la Ciudad de Cuzco, en el hermano país de Perú. Atribuirle un solo calificativo a dicha experiencia sería reducir injustamente la cantidad de sensaciones que la ciudad produce al viajero que por primera vez la visita, no obstante lo cual, creo humildemente poder resumirlo en una palabra: fascinante! Mi estadía en Cuzco fue de sólo una semana, y ahí va la primera recomendación: quedarse todo el tiempo que uno pueda… La oferta es tan amplia, en todos los aspectos, que al momento de emprender el regreso se produce una mezcla entre el placer de lo vivido y la tristeza de todo lo que no se llega a conocer. Como dije, la ciudad ofrece al visitante un infinito abanico de opciones: historia viva, cultura por todos lados, bellísima arquitectura colonial y precolombina (muchas veces combinadas), gastronomía para todos los gustos, vida nocturna sin descanso, museos, turismo en todas sus variedades y para todas las edades; en fin, sabrán entender porqué una semana no es suficiente para poder experimentarlo todo.

Con mi compañero de viaje veníamos de estar poco más de 20 días recorriendo Bolivia, sin saber con qué nos íbamos a encontrar, salvo la ya clásica excursión a la ciudad perdida de “Machu Picchu”. Llegamos a Cuzco ya entrada la noche, y por recomendación de otros viajeros fuimos a alojarnos al Hostal “Resbalosa”, ubicado en la calle del mismo nombre, a escasas cuatro cuadras de la Plaza de Armas. Por momentos esas cuatro cuadras se hacen eternas, ya que son cuesta arriba, y sumado a los más de 3.000 m de altura sobre el nivel del mar de Cuzco, invitan a desistir inmediatamente! Pero el hostal es altamente recomendable, no sólo por lo confortable de sus habitaciones, la excelente atención y el buen precio (U$S 15 la doble), sino porque tiene una bellísima terraza, en la cual se aprecia una vista magnífica de toda la Ciudad, la cual, de noche, es francamente imperdible. Para los gordos de alma -como el que escribe- también sirven un delicioso desayuno americano (a menos de U$S 2), el cual puede disfrutarse en la terraza, apreciando la bellísima vista de la ciudad. Una fiesta para todos los sentidos. Antes de llegar a Cuzco, un viajero nos contaba que es una ciudad tan linda, que basta sólo con sentarse en la Plaza de Armas y simplemente apreciarla. Nada más acertado. La Plaza de Armas, centro estratégico de la Ciudad, es bellísima. Se encuentra rodeada por edificios públicos, Iglesias, restaurantes, comercios; en los cuales la arquitectura colonial predomina, todo en un perfecto estado de conservación y armonía. La plaza no sólo es lugar de encuentro de todos los turistas, atraídos mágicamente hacia este punto de singular belleza de la ciudad, sino que también un sitio en donde se respira una especie de tranquilidad difícil de describir; y que invita a relajarse y a disfrutar. También son impactantes las antiguas construcciones Incas, cuyos vestigios pueden observarse por todos lados en las distintas edificaciones de la Ciudad. Recordemos que Cuzco fue la capital del Imperio Inca, que en su época de apogeo se extendía desde el territorio actual del Ecuador hasta la provincia argentina de Tucumán. Uno de los logros fundamentales de los Incas, en su relativamente corto período de vigencia (aproximadamente 100 años), fue el de integrar los elementos de culturas milenarias preexistentes, a través de su conquista, sintetizándolos así en una cultura única, alcanzando logros extraordinarios. Uno de ellos fue la construcción. Sorprende ver con qué perfección y exactitud trabajaban en dicha época (año 1.200 d.C. aproximadamente) la piedra, material fundamental en todas sus edificaciones. No usaban ningún tipo de mezcla para unir las piedras (algunas de hasta 100 toneladas de peso), sino que las moldeaban hasta darle forma recta en sus lados, éstos últimos de formas irregulares; así entonces por medio de hoyos y protuberancias internas lograban unirlas entre sí, y de esta manera levantaban los muros de sus edificaciones. Lo cual no sólo producía un resultado estéticamente bello e impecable, sino que siendo Cuzco una ciudad de terremotos, dotaba a las construcciones de la seguridad necesaria para evitar su derrumbe. Hay dos lugares de visita obligatoria para apreciar esto: el Templo de Coricancha y las ruinas de Saqsaywaman. El primero de ellos era el templo principal (algo así como la Casa de Gobierno) de los Incas, y a su vez residencia de la realeza. Al llegar los españoles en el siglo XVI no sólo lo destruyeron, sino que construyeron encima de las ruinas una Iglesia Dominicana! Pero las fuerzas Incas vencieron: a mediados del Siglo XX hubo un terremoto en la ciudad, y casualmente las ruinas Incas fueron las únicas que quedaron en pie… Así llegan a ser restauradas y revaloradas luego de siglos de ocultamiento. El templo es realmente hermoso, pueden apreciarse las construcciones de piedra, características de la cultura Inca, y encima de ellas la construcción colonial, típicamente española. Ello también se advierte en infinidad de edificaciones en toda la Ciudad: abajo las piedras incas, arriba los techos y ventanas coloniales.Las Ruinas de Saqsaywamán también son impactantes, en su tiempo funcionaba como lugar de ceremonias religiosas, situado en lo alto de una colina en las afueras de Cuzco. Lo impactante de este lugar es ver piedras de más de 100 toneladas, con forma de “almohadones”, unas encima de otras, trabajadas con una perfección sorprendente, formando un muro de más de 5 metros de altura. Hay varias teorías para explicar cómo se han trasladado a las piedras hasta allí, y qué método se utilizó para trabajarlas hasta darle la forma particular que poseen. Algunos hasta proponen que ninguna fuerza humana ha sido capaz de alzar semejante monumento, atribuyéndoselo a seres de otras galaxias… Así que imaginen lo magnífico de la construcción…Lo fundamental en ambos lugares, Coricancha y Saqsaywamán: hay lugareños que por poco dinero se ofrecen como guías, y realmente conviene contratarlos, para poder comprender qué es lo que se está observando.Para los que gustan de la gastronomía y la vida nocturna, Cuzco ofrece múltiples opciones. Cualquier lugar alrededor de la Plaza de Armas es lógicamente caro, pero escabulléndose por las callecitas adyacentes hay muchísimos lugares para comer muy bien, con variedad de menús y precios. Y en cuanto a bares y boliches, la ciudad no duerme…! De lunes a lunes es pura fiesta, y lo rescatable es que los boliches explotan desde las 22 hs, con lo que si la noche no se extiende más de las 3 o 4 de la mañana, al otro día uno sirve y se puede seguir recorriendo la ciudad… Machu Picchu.

Con respecto al Machu Picchu, frutilla del postre, hay dos opciones tradicionales: el clásico “Camino del Inca”, una excursión que dura desde 3 y hasta 5 días, en la que el recorrido se hace caminando -con alojamiento en carpas y comidas incluido-, culminando en las ruinas de Machu Picchu, es la opción más utilizada por jóvenes y aventureros. Se contrata en las agencias de turismo locales, actualmente tiene un costo aproximado de U$S 180, todo incluido (depende también de la cantidad de días que dure la excursión, varía el precio), y para conseguir lugar es necesario esperar unos tres o cuatro días, porque existe un límite diario de 500 personas que pueden transitar el “Camino del Inca”. La otra opción tradicional es por medio del tren, con destino final en Aguascalientes (la ciudad al pie del cerro en donde están las ruinas de Machu Picchu). Es la más utilizada por gente mayor y aquellos que no están dispuestos a caminar por cinco días en la montaña. Tiene un costo aproximado de U$S 100 en total, y una vez llegado a Aguascalientes, los cómodos pueden optar por tomar un bus por U$S 13 (todo en dólares, como verá…) que lleva hasta la entrada del parque; o bien tomar coraje y subir el cerro caminando, por medio de una escalinata por momentos interminable (cerca de 2.000 escalones) que también lleva hacia la entrada del parque.La restante opción, no tradicional, mas arriesgada y desconocida, es la que hicimos nosotros! Consiste en tomar un bus desde Cuzco, hasta un pueblo llamado Santa Ana, de ahí tomar otro bus hacia otro pueblo llamado Santa Teresa. A partir de ahí, caminar cuatro horas por las vías del tren (no hay camino para vehículos) hasta Aguascalientes.En principio teníamos pensado gastar no más de U$S 60, pero surgieron algunos imprevistos. Con la compañía de un guía de lugar, tomamos desde Cuzco un bus alrededor de las 20 hs, el plan consistía en llegar aproximadamente a las 4 a.m. a Santa Ana, tomar luego otro minibús hacia Santa Teresa, y alrededor de las 7 a.m. estar en Santa Teresa para caminar por las vías durante 4 horas, para llegar finalmente a Aguascalientes.Emprendimos el viaje planeado, pero a la medianoche despertamos con el bus detenido a un costado de la ruta, en la total oscuridad! Sin saber que ocurría, lo único que quedaba era pasar la noche allí. Despertamos a la madrugada, con las primeras luces del día, en el medio de la montaña, situados en un temible camino de cornisa, detrás de una fila interminable de vehículos, y con la noticia de que a causa de las lluvias se había derrumbado parte de la montaña sobre el camino, bloqueándolo totalmente…Aquí comienza la verdadera aventura: como las máquinas de vialidad no iban a liberar el camino sino hasta el mediodía, cargamos mochilas al hombro y junto con nuestro guía “Eber”, comenzamos a caminar y a “cortar” camino a través de la montaña, debajo de la lluvia constante, abriéndonos paso a través de la espesa vegetación, y enterrados hasta las rodillas de barro… Así llegamos a duras penas hasta un paraje, en el cual conseguimos que un taxi nos lleve hasta Santa Ana. Desde allí tomamos otro minibús por camino de montaña hasta Santa Teresa, pueblo al cual finalmente arribamos alrededor de las 6 de la tarde (deberíamos haber llegado a las 7 de la mañana de ese mismo día…). Pasamos la noche allí, y despertamos a las 4 de la mañana para empezar la caminata de cuatro horas hasta Aguascalientes (no hay más camino para vehículos desde Santa Teresa en adelante). Pero había un pequeño obstáculo que salvar primero: un inmenso río de montaña, de unos 30 metros de ancho, con salvajes rápidos, y que rugía como una fiera…. La única vía era por medio de un “cablecarril”, es decir una especie de “carrito” de hierro, con capacidad para tres personas sentadas, el cual se desliza sobre un cable de acero que cruza el río por encima, de una orilla hacia la otra. Así que imagínese cruzando un río rugiente, a las 4.30 a.m. de la madrugada, en la oscuridad absoluta, montado en un precario cablecarril… Conmigo cruzó una chica de Bs. As., quien aterrorizada dejó marcadas sus uñas en mi cintura y un zumbido en mi oído por los gritos de pánico…! De todas maneras, no es peligroso, sí es realmente impactante y puede llegar a paralizar del miedo, pero sin dudas que lo volvería a hacer…En fin, luego de cuatro horas de caminata por las vías, en medio de montañas y selva, y con el río mencionado siempre a un lado, llegamos a Aguascalientes. La emoción de estar a sólo pasos de Macchu Pichu nos hizo olvidar del cansancio, y emprendimos la subida a pie hasta el parque, en una subida, como ya dije, de más de 2.000 escalones.  Una vez en el lugar, la sensación es indescriptible. A todos les comento que una cosa es ver la clásica foto del Machu Picchu y otra por supuesto es estar ahí y contemplarlo en persona. No alcanzan palabras para resumir semejante monumento, y el entorno natural en donde está enclavado. Es muy recomendable subir a un cerro llamado Huayna Picchu, a través de un sendero que comienza desde el mismo Macchu Pichu, y desde el cual con la ayuda del clima se puede apreciar una vista completa de toda la Ciudadela. También es recomendable llevar alimentos y bebidas en la mochila, ya que en el restaurant situado en la entrada del parque los precios están destinados a visitantes del primer mundo…Pero lo más importante, es tratar de permanecer en el lugar el mayor tiempo posible, y conservar en las retinas el bellísimo cuadro que se presenta ante nuestros ojos. La experiencia es inolvidable, más allá del camino por donde se llegue, y hay que sacarle el mayor provecho posible. Para concluir, francamente creo que Cuzco es un destino sumamente recomendable, con múltiples opciones, accesible para todos los bolsillos, y apto para todas las edades; lo que lo hace un lugar definitivamente único. Si tiene la oportunidad, no se lo pierda. 

 

INFOGRAMA PERÚ

Idioma: castellano, quechua

Moneda: 3.09 PEN (sol peruano) = 1 USD

Documentación necesaria: DNI o Cédula Federal  

www.peru.info

 

Un descanso por Máncora

Un descanso por Máncora

Por Yanina Camoletto

 

Después de un mes recorriendo gran parte de Bolivia y luego Perú, luego de armar y desarmar la mochila tantas veces, pasando por Cuzco, para luego conocer la Gran Ciudad de Lima, luego de tantas urbes -de las nuevas y de las milenarias –supe que lo que le faltaba a mi viaje era un poco de relax, claro que con un poco de música de mar…No podría haber sido mejor mi destino elegido: Máncora… una localidad que se encuentra a mas de mil kilómetros de la capital limeña y a escasas dos horas de la frontera con Ecuador, sobre la costa del Pacífico. Se siente la calidez de su clima desde el alba, ni bien llegaba -bien temprano a la mañana- ya se ven los amantes del surf que van en busca de sus primeras olas del día.La ciudad es pequeña… casi una aldea, donde si bien hay infraestructura, no tiene nada de lujos; hay hostales y cabañas sobre la playa, y barcitos… Eso era todo lo que se podía encontrar, y era todo lo que hacía falta, para poder disfrutar en silencio del ruido del mar…Algunos datitos:Máncora es un sitio muy frecuentado por quienes practican surf, de hecho es el deporte por antonomasia de esta aldea. Hay academias y negocios donde conseguir tablas y ropa de surf.Por su cercanía al Meridiano del Ecuador el sol sale todo el año muy temprano (5 a.m. aprox.), y hace mucho calor!! Por lo que se recomienda llevar buena protección solar. Curiosamente, el mar no es tan cálido.Tiene playas para todos los gustos: en sus casi 10 km de longitud, hay zonas con mucho movimiento, zonas familiares y otras mas solitarias. Zorritos y Punta Sal, que están muy cerca, se caracterizan por ser un poco más exclusivas. Son también playas muy tranquilas, donde las puestas de sol son inolvidables…En las calles casi no se ven autos, es muy tranquilo, la gente se mueve a pie -ya que todo queda muy cerca-  o en los “Taximotos” que son casi una postal del lugar, y por unos pocos soles te trasladan incluso hasta playas cercanas.De noche la aldea tiene también lo suyo, hay muchos restaurantes y barcitos lindísimos, y la música comienza a hacerse sentir desde temprano, con opciones para todos los gustos…Si decides ir, presta atención al ruido del mar, que lo disfrutes!!

 

INFOGRAMA PERÚ

Idioma: castellano, quechua

Moneda: 3.09 PEN (sol peruano) = 1 USD

Documentación necesaria: DNI o Cédula Federal  

www.peru.info