Ecuador y Galápagos
Por Gabriela Silvestri
Iniciamos nuestro viaje el 24/09 en vuelo de Lan con destino a Quito, vía Lima. Arribamos a las 15.30 aproximadamente hora local a la capital ecuatoriana. Lo primero que sorprende al llegar, es el aeropuerto dentro de la ciudad y no en las afueras; ya sabíamos que los pilotos tienen que tener mucha pericia para aterrizar porque el mismo está rodeado de montañas. Apenas uno llega ya siente el cambio de altura y el dolor de cabeza se hace sentir. Para ello te ofrecen té de coca.
Nuestro itinerario estaba diagramado con cuatro noches en Quito y tres en Puerto Ayora, Isla de Santa Cruz, Galápagos.
Quito es una ciudad hermosa, con un tránsito caótico, muy extensa, tiene 46 kilómetros de largo y sólo 16 de ancho y está a 3600 metros de altura sobre el nivel del mar. Sobre los faldeos del volcán Pichincha hay urbanizaciones que el gobierno no pudo erradicar pese al peligro que existe sobre posibles erupciones.
Tiene muy buena gastronomía y hotelería, que van desde un hostel por USD 4 la noche hasta hoteles de 5* en unos USD 178 la doble con desayuno.
Cuenta con un buen sistema de transporte que recorre la ciudad de norte a sur.
En la zona de la Mariscal se concentran muchos hoteles y hostels, es la zona financiera. Alrededor del la plaza Fochs, tiene lugar la vida nocturna de Quito, con restaurants, bares y boliches, mucho color y mucha música; una comida promedio allí, con impuestos, ronda los USD 12.
El casco histórico de Quito es impresionante y muy bien conservado; hay que recorrerlo de noche y de día; los turistas no pueden dejar de pasar por la Calle de la Ronda, bellísima a cualquier hora, pero más de noche, con esa impecable iluminación y policía del turista por todos lados.
Hay que visitar la Iglesia de la Compañía (USD 2 la entrada); el Panecillo (la Virgen Alada), y por supuesto la Mitad del Mundo, donde se encuentra el monumento a la línea del Ecuador.
A las afueras de Quito, a dos horas de viaje, camino a Otavalo, con su famoso mercado que opera los días sábados, pasamos por bellos paisajes que mezclan distintas variedades de verde y terrazas de cultivo.
En Otavalo, se puede adquirir la producción de muchos artesanos que bajan de la montaña el día sábado; hay plata, tejidos, bijou, trabajos en telar.
También desde Quito pero hacía el sur, podemos visitar la Avenida de los Volcanes y el famos volcán Cotopaxi.
Hacia Galápagos
El vuelo de Quito a Galápagos dura aproximadamente cuatro horas, con una escala técnica en Guayaquil. Ecuador tiene dos horas menos que Argentina y las Islas, una hora menos que el continente.
Desembarcamos en la isla de Baltra donde está el aeropuerto internacional, antigua base norteamericana.
Desde allí, nos llevan en buses hasta la costa donde tomamos un ferry de 5 minutos de duración hasta la isla de Santa Cruz donde nos espera el transferista. Desde aquí hasta el pueblo tenemos unos 40 minutos por una buena ruta.
Algo que llama la atención apenas uno llega a Galápagos, es que el agua de la isla está contaminada, no es apta para consumo humano, y sólo hay que beber agua envasada. Durante muchos años se hizo un mal manejo de los recursos y tuvo su consecuencia en la naturaleza.
Los vehículos que vemos tienen un permiso especial para entrar a la isla y desde el año 2009 ya no se permite más el ingreso de automotores.
Durante el trayecto del aeropuerto a la posada, comenzamos a divisar las tortugas gigantes, que al principio llaman mucho la atención pero después nos acostumbramos a verlas, porque están por todos lados, en los campos.
En Puerto Ayora, hay mucha variedad de alojamiento, hostel por USD 15 la noche y hoteles de hasta USD 1200 la noche como The Royal Palm. Se puede comer un sandwich de atún por USD 4 y un jugo de mora por USD 1.50; un plato de fettuccini con frutos de mar por USD 7, y un agua mineral por USD 1.50.
Cerca de nuestra posada, a unos 500 metros, se encuentra la estación Charles Darwin, paseo obligado para entender la vida de las tortugas.
Estas islas son para un público muy particular: para aquellos que quieren hacer snorkel, buceo y avistaje de fauna; no para el que quiere hacer playa.
Muchos hoteles no aceptan niños, porque el sector turístico apunta a un segmento de personas solas y con poder adquisitivo; yo creo que en parte tienen razón, no es un destino para ir con niños, dos de las playas que hay en Isla Santa Cruz, están a tres kilómetros caminando por un sendero dentro de una reserva, sin ningún servicio.
Desde Puerto Ayora se pueden hacer excursiones de día completo a las otras islas, como Floreana, Seymour, Bartolome, o Isabela.
Isabela está a tres horas de navegación o 20 minutos en avioneta. Viven allí cerca de 3000 personas y posee unas playas hermosas.
Conviene contratar desde Argentina las excursiones para asegurarse el tipo de lancha y no contratar cualquiera allá, porque nos podemos encontrar con la sorpresa que la lancha sea trucha, sin habilitación y el paseo se convierta en un mal recuerdo.
Ecuador está dolarizado. Desde el año 1999, la moneda oficial es el dólar americano, por lo que se recomienda llevar cambio chico y no billetes de USD 100 o 50; el cambio es algo complicado, como en Argentina.
Los ecuatorianos dicen que ellos tienen siempre las mismas temperaturas, promedio 25 grados, pero que diferencian las estaciones por húmeda o seca.
Durante enero y febrero la temperatura es altísima, ronda los 40 grados; en septiembre, la fecha en que viajamos nosotros, estábamos en época de lluvia.
Hay que llevar un buen abrigo para las mañanas y las noches, sobre todo en el continente; en las islas con algo liviano alcanza.
Creo que Ecuador es un país que se puede visitar todo el año y, al contrario de lo que uno piensa, no es costoso, si no accesible.
1 comentario
Pablo -
Saludos!