Reciclando Berlín
Por Mariángeles Aguirre
Desde un poco más de dos años vivo en Alemania, pero desde hace tres meses, en Berlín. A la ciudad la visité como turista varias veces, pero vivir en ella era un sueño que por fin pude cumplir. Aquí una reseña de lo que veo en la ciudad ahora que todavía tengo la "mirada del extranjero", porque aún no tengo una rutina y me sigo sintiendo una turista, o más bien una espía de ella, de su gente y de sus calles.
Por estar siempre a la vanguardia y en constante cambio, Berlín no ha dejado de captar la atención mundial en los últimos cien años. Pero aunque el muro ya sólo es un aspecto decorativo, la metrópoli continúa dividida: en el centro, se superponen sin desentonar la rica ostentación del oeste y el reciente desarrollo central del Berlín Este. Con esas características tan peculiares, la ciudad ha ido desarrollando un magnetismo único, atrayendo a gran cantidad de jóvenes artistas, diseñadores y músicos, convirtiéndose así en un inédito crisol de pueblos, estilos y enfoques.
Hay tantas Berlin como ojos que la buscan. La de las avenidas amplias, llenas de centros comerciales clonados, o la de los edificios y monumentos majestuosos, que parecen tener siempre de fondo una música de orquesta sinfónica. La de las noches eternas que no permiten irse a la cama, o la de los días largos, de paseos en bicicleta entre verdes de lo más frescos y silenciosos, en plena urbe. Los contrastes aparecen a cada vuelta de esquina, porque la ciudad tiene algo para todos.
Sin embargo la historia singular y autodestructiva de Berlín, hacen de la ciudad un lugar con una esencia única. Un lugar-movimiento, donde el pasado no es estático, sino que se lo sigue escribiendo, borrando, recuperando, reinterpretado día a día. Claro que la ciudad también está inserta en una forma de ser y una historia nacional, pero todo aquí se desarrolla con un estilo y ritmo propios, creando valores propios, atravesados por la multiculturalidad y las mil y una contradicciones de esta urbe.
El reinventarse y reciclarse constantemente es parte de el estilo berlinés, un estilo que crea inventos como las playas urbanas sin aguas que las bañen, en lo que Berlín es pionera, o que da cabida a eventos desde los más clásicos, hasta los más inclasificables, como la ya desaparecida Loveparade. Un estilo que a veces es también contraproducente. Como lo dice Sascha, guitarrista de la banda de pop berlinesa Panda, “Berlín tiene un charme único. Y por eso viene la mayoría de los turistas aquí. No quieren ver finos edificios nuevos, sino su lado infame. Lamentablemente Berlín es muy buena en destruir su propia historia, precisamente en lo arquitectónico. La ciudad perdió mucho en la guerra, pero también después se ha ido perdiendo mucho, al construir nuevos edificios, para, a los diez años, darse cuenta que eso también es una mierda. Se ha destruido mucho, porque algunas personas han decidido que somos una metrópoli y por eso tenemos que ser impecables. Pero Berlín simplemente no está hecha para eso”
Reutilizar y revalorizar. Una síntesis entre pasado, presente y futuro. En lo arquitectónico, con el rescate de espacios abandonados tras la caída del sistema comunista en 1990, como por ejemplo, antiguas fábricas hoy transformadas en espacios culturales, o los muchos bares ambientados en el estilo de los años ´60 y ´70 del lado este del muro.
El Second-Hand, tiendas de segunda mano, y los mercados de pulgas (Flohmarkt, Trödelmarkt), donde se vende todo tipo de antigüedades y cosas usadas son otro aspecto del reciclaje berlinés. Hay más de 100 tiendas de segunda mano e incontables mercados de pulgas en la ciudad. Ofrecen desde ropa, hasta productos de electrónica, muebles y electrodomésticos. En horario comercial, pueden visitarse las tiendas Second-Hand más surtidas del mundo, como la de Neue Schönhauser Strasse 19, una meca del vintage de 500m2. O las de Ahorn Str. 2 y Bergmann Str. 102, donde se pueden comprar trapos y zapatos con historia, pero por kilo.
Los fines de semana, los mercadillos reúnen a los que quieren deshacerse de algo y a los que quieren comprarlo. Allí hay más de lo que a uno se le ocurra, y más de lo que cualquiera necesite. Desde una cafetera, hasta insignias de las épocas comunistas, pasando por puestos de artistas que venden sus obras a módicos precios. Para recomedar son los de Mauerpark (Barrio Prenzlauer Berg), Boxhagener Platz (Barrio Friedrichshain) y Arkonaplatz (Barrio Mitte).
La nostalgia como tendencia
Visitantes asiduos de los mercados de pulgas, son también los aficionados al rescate de productos cotidianos de la República Democrática Alemana – RDA. (1949-1990) y del este en general. La tendencia tiene un nombre: Ostalgie.
El neologismo nació del cómico Uwe Steimle, quien tenía un programa de TV con ese nombre. Es un juego entre las palabras Osten (Este) y Nostalgie (nostalgia); algo así como nostalgia por el este.
Se supone que tras la reunificación, quienes pertenecían a la Alemania del Este sufrieron una fuerte pérdida de identidad, y prefieren no olvidarla del todo.
Para quien desee probar esta moda-rescate, puede hacer un paseo por Berlín en Trabant, el auto bandera de la RDA, llamado cariñosamente Trabbi; pasar una noche en Ostel, el único hostel de la ciudad enteramente decorado y amueblado con diseños de la época; consumir marcas de bebidas que sobrevivieron y aún hoy se comercializan, como las gaseosas Vita-Cola o Afri-Cola, o comprar productos con imágenes y personajes de los tiempos comunistas, como los Ampelmännchen, los hombrecitos verdes del semáforo.
En la página www.osthits.de, es posible comprar hasta el aroma envasado de la combustión del Trabbi, cuya mezcla de combustible y aceite lo hace evidentemente inolvidable.
Pero ser un Ostálgico implica algo más que llevar una camiseta. Si bien el movimiento tiene un componente comercial, es una forma de vida en la que las visiones políticas y sociales comunistas no son completamente desechadas.
Los invito realizar diferentes circuitos por Berlín. Para conocer más detalles acerca de los tours, visitar www.geocities.com/berlinespanol. También a visitar mi blog: www.hormigacolorada.blogspot.com
INFOGRAMA ALEMANIA
Idioma: alemán, inglés
Moneda: 0.66 EUR (Euro) = 1 USD
Documentación necesaria: Pasaporte
1 comentario
gabriela quintero -
me ha gustado muchísimo este post. esta semana voy a Berlín y espero poder recorrer algunos de los mercadillos.
saludos